Alguien tendrá que pagar 242.000 € a este fabricante chino por hablar mal de sus coches en redes sociales

Un tribunal chino ha condenado a varios creadores de contenido por difundir información falsa sobre los automóviles de la marca y dañar su reputación.

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BYD ha ganado un juicio por difamación en internet.
27/12/2025 09:00
Actualizado a 27/12/2025 09:00

El fabricante chino de vehículos eléctricos BYD ha obtenido una victoria judicial en un caso de difamación contra varios perfiles online, después de que un tribunal ordenara el pago de una indemnización de dos millones de yuanes, unos 242.000 euros al cambio actual. La resolución, comunicada el 25 de diciembre por el propio departamento legal de la compañía, corresponde a una sentencia de primera instancia y pone fin a la fase inicial del procedimiento.

Según la información difundida por BYD y recogida por medios chinos como Sina, el tribunal determinó que varias cuentas en internet habían creado y difundido información falsa sobre la empresa, causando un perjuicio significativo tanto a su reputación comercial como a la percepción pública de sus productos. Las cuentas implicadas operaban bajo los nombres “Long Ge Talks Electric Cars” y “Full Battery New Energy”.

BYD y otros fabricantes chinos ya estaban alerta

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Para el juez, las afirmaciones que se daban no estaban justificadas.

La sentencia concluye que los contenidos publicados por estos perfiles no se basaban en hechos verificables y superaban los límites de la crítica legítima, incurriendo en una vulneración de los derechos de BYD. Como consecuencia, el tribunal ordenó el cese inmediato de las actividades infractoras, la eliminación del impacto negativo generado y el pago de la indemnización económica.

Daño reputacional y responsabilidad legal en internet

El importe de la compensación fue fijado por el tribunal tras evaluar el alcance del daño reputacional causado a la compañía. No se han hecho públicos los detalles concretos de las afirmaciones falsas ni las plataformas exactas en las que fueron publicadas, aunque los medios locales destacan que la difusión tuvo un impacto relevante en la imagen pública del fabricante.

La resolución subraya que se trata de una sentencia de primera instancia, lo que implica que el proceso judicial ha superado su revisión inicial. Por el momento, no se ha informado de si alguna de las partes tiene intención de recurrir el fallo, por lo que el caso podría avanzar a una segunda fase si se presenta una apelación.

La postura de BYD ante la crítica pública

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A veces son las propias marcas las que están detrás de las campañas para desacreditar a la competencia.

En un comunicado posterior al fallo, el departamento legal de BYD señaló que la empresa acepta la supervisión pública y las críticas basadas en hechos objetivos, pero recordó que la actividad online también está sujeta a responsabilidad legal. La compañía reiteró que seguirá recurriendo a los tribunales cuando considere que se están difundiendo rumores, insultos o informaciones falsas que vulneran sus derechos.

En esta línea, Li Yunfei, director general de marca y relaciones públicas de BYD Group, fue citado por varios medios chinos diferenciando entre el periodismo crítico fundamentado y lo que la empresa considera ataques deliberados a su reputación. Sus declaraciones, no obstante, no forman parte del razonamiento judicial ni del contenido de la sentencia.

Un contexto de mayor control sobre la desinformación

El fallo se enmarca en un contexto de creciente vigilancia judicial sobre la desinformación y las campañas para desacreditar en el entorno digital en China, especialmente en sectores estratégicos como el del vehículo eléctrico. BYD, uno de los mayores fabricantes mundiales de coches eléctricos y baterías, ha intensificado en los últimos años la protección legal de su imagen ante el aumento de contenidos no verificados en redes sociales y plataformas de vídeo.

Con esta resolución, el tribunal confirma la responsabilidad de los demandados por vulneración de la reputación empresarial y refuerza el mensaje de que la difusión de información falsa en internet puede tener consecuencias legales significativas.