En Ford se han cansado de perder dinero con sus coches eléctricos. Los de Michigan tienen muy claro que necesitan cambiar de estrategia. Hace unos días, Jim Farley, CEO de la compañía, dio la cara al anunciar un nuevo rumbo. Ford retrasaba sus planes de conquista eléctrica dada la baja participación de sus coches impulsados con batería y a tenor de las enormes pérdidas acumuladas a lo largo de los últimos años. Sin embargo, no todo el dinero se ha perdido. Ford sigue trabajando en una nueva plataforma eléctrica global capaz de adaptarse a diferentes mercados y modelos.
Dicha plataforma se hizo pública en agosto, aunque un selecto grupo de ingenieros llevaba tiempo trabajando en secreto. Con una inversión estimada de 2.000 millones de dólares, Ford espera poder producir el primer coche basado en ella a mediados de 2027. La nueva plataforma permitirá que los vehículos tengan un 20% menos de piezas en comparación con un vehículo eléctrico actual. Y necesitarán pasar por menos estaciones de trabajo hasta el ensamblaje final y su fabricación tardará aproximadamente un 15% menos. Además, como ya hemos dicho, será capaz de adaptarse a diferentes vehículos.
Retrasos europeos para su nueva plataforma global
El primero de ellos será una camioneta de tamaño medio. Una especie de Ford Ranger eléctrica, aunque todavía no se ha confirmado ni el nombre ni las medidas. El departamento de ingeniería ya ha comenzado con las pruebas en carretera. Una fase crítica en todo proceso de desarrollo. Jim Farley ha reclutado a ex-empleados de Tesla y de otras compañías para este proyecto. A pesar de que ha puesto mucho énfasis en él, Farley deja muy claro de qué espera obtener a cambio: si el coche no es rentable en los primeros 12 meses de vida, no sirve.
A pesar de que el desarrollo de la plataforma parece estar cumpliendo los plazos acordados, diversas fuentes aseguran que Ford ha decidido retrasar el lanzamiento de la plataforma universal en Europa. Ford dice que su nueva plataforma de vehículos eléctricos necesita la aprobación de EE.UU. antes que de Europa. El ejecutivo de Donald Trump ha sido -en gran medida- culpable del cambio de rumbo de los de Michigan. El presidente no solo ha anunciado el cese de las ayudas a la compra de vehículos eléctricos, sino que ha tomado medidas para defender la industria americana ante la posible llegada de rivales chinos e incluso europeos.
Mientras tanto, de forma paralela, Ford trabaja en Europa para aumentar su oferta eléctrica. Los americanos han optado por la fórmula de colaboración. Primero con Volkswagen y ahora con Renault. Hace unos días ambas compañías anunciaron la firma de un acuerdo mediante el cuál Ford se aprovechará de la plataforma AmpR Small de Renault para así poder presentar en el Viejo Continente, coches eléctricos pequeños y de precio razonable. Modelos hermanados con los Renault 5 y Renault 4, además del futuro Renault Twingo que se introducirá en el mercado a mediados del próximo año.