El sector del automóvil en España se ha levantado hoy, 28 de diciembre, con una noticia que pocos esperaban a escasos días de las uvas. En un movimiento sin precedentes, y tras meses de intensos debates sobre la seguridad vial en autopistas y autovías, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha emitido una orden ministerial que entrará en vigor el próximo 1 de enero. A partir de esa fecha, ningún coche nuevo podrá ser entregado a su cliente si no cuenta con la baliza V16 conectada incluida directamente desde la línea de montaje.
Hasta ahora, la normativa establecía que el uso de los triángulos de preseñalización de peligro seguiría siendo legal hasta el 1 de enero de 2026, fecha en la que la baliza luminosa con geolocalización pasaría a ser el único método válido. Sin embargo, Tráfico ha decidido "cortar por lo sano" ante lo que denominan un "caos de interpretación" por parte de los conductores y fabricantes y un incremento de los fraudes por la venta de balizas falsas.
Un cambio de estrategia para evitar atropellos
La justificación de la DGT es clara: la seguridad. Según los últimos datos de siniestralidad, el número de atropellos en el arcén al bajar a colocar los triángulos ha experimentado un repunte preocupante en este último año. "No podemos esperar a 2026 mientras los conductores siguen exponiéndose innecesariamente en la calzada", rezaba el comunicado oficial emitido a primera hora de esta mañana.
Con esta nueva instrucción, el organismo dirigido por Pere Navarro obliga a las marcas a que la baliza no sea un simple accesorio "de cortesía" o un regalo del concesionario, sino una parte integrante del equipamiento de serie homologado. Esto implica que el dispositivo debe venir vinculado al número de bastidor (VIN) desde la propia base de datos de la fábrica.
Como era de esperar, la patronal de fabricantes (ANFAC) no ha tardado en mostrar su descontento. Aseguran que esta obligatoriedad "exprés" supone un reto logístico inasumible para las entregas programadas en la primera semana de enero. "Es materialmente imposible reequipar miles de unidades que ya están en los puertos o en campas logísticas en apenas cuatro días", afirman.
A pesar de las quejas, la DGT se mantiene firme: los vehículos que no cumplan con este requisito a partir del lunes no recibirán la ficha técnica definitiva, quedando su matriculación en "suspenso técnico" hasta que se acredite la presencia de la V16 conectada.
Por su parte, asociaciones de consumidores han valorado positivamente el razonamiento de seguridad, aunque han puesto el acento en la necesidad de transparencia: “Si la DGT obliga su inclusión de serie debe garantizar que se homologue la funcionalidad y que no se encarezca el vehículo final”, reclamó una portavoz de una organización de usuarios. Los concesionarios, en tanto, se preparan para gestionar devoluciones o modificaciones de contratos de compraventa firmados por clientes que ahora ven variaciones en el equipamiento anunciado.
Técnicamente, la instrucción establece tres posibilidades de integración: montaje empotrado en el pilar del techo, módulo en el borde del techo con anclaje reforzado, o instalación magnética con acoplamiento electrónico y enclavamiento de seguridad. Todos los formatos deberán garantizar visibilidad de 360 grados y autonomía mínima de 30 minutos en modo de emergencia; además, la versión conectada tendrá que poder transmitir la posición del vehículo a DGT 3.0 mediante protocolos estandarizados.
El impacto se traslada también a la cadena de suministro: fabricantes de componentes y ensambladores deberán certificar proveedores de balizas y antenas compatibles, y el mercado de posventa prevé cambios rápidos (desde kits retrofitting para turismos antiguos hasta servicios de actualización OTA (over-the-air) en modelos con electrónica preparada). Analistas del sector calculan que la adaptación podría encarecer el coste de producción en entre 30 y 120 euros por unidad, dependiendo del grado de integración y de las economías de escala que se alcancen.
En el plano regulatorio, la DGT advierte de que la obligatoriedad para vehículos nuevos no excluye la recomendación (y en determinados supuestos la exigencia administrativa) de dotar de baliza V16 a vehículos ya matriculados, particularmente en flotas profesionales o automóviles destinados a transporte de pasajeros. También se anuncia que las inspecciones técnicas podrían verificar la presencia y correcto funcionamiento del dispositivo en revisiones periódicas.
Fuentes cercanas a grandes operadores de flotas indican que ya preparan pliegos de contratación que incluyan proveedores homologados; las compañías de renting estudian, asimismo, cláusulas transitorias para gestionar vehículos adquiridos antes de la entrada en vigor de la norma.