A lo largo de las últimas semanas han corrido ríos de tinta sobre el nuevo dispositivo que la DGT ha aprobado para usar en caso de emergencia. La baliza V-16 ha centrado muchas de las discusiones cotidianas y políticas durante largas jornadas. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha implantado su puesta en servicio como un sistema de alerta temprana pionero en Europa y en el mundo, aunque no han sido pocas las voces que han criticado las formas y el procedimiento. Ahora, la DGT, a través de su máximo responsable, Pere Navarro, pisa el freno. Seguirá entrando en vigor, pero los agentes de tráfico serán “flexibles” con las multas.
Pere Navarro es, posiblemente, una de las figuras más controvertidas del panorama público nacional. El director de la DGT ha establecido medidas cuanto menos criticadas, como la imposibilidad de superar el límite de velocidad (hasta 20 km/h) para adelantar en carreteras secundarias. También ha sido firme defensor de los radares y de muchas otras campañas cuestionables en lo que a seguridad del tráfico se refiere. Desde su llegada, la recaudación del Ministerio del Interior, organismo del que depende la Dirección General de Tráfico, se ha disparado. Muchas de sus controvertidas leyes han terminado siendo suprimidas, como la ya mencionada norma de sobrepasar el límite en vías secundarias.

Pere Navarro, director de la DGT suaviza el discurso
El último pantano en el que se ha metido Navarro y la DGT tiene que ver con el nuevo dispositivo de emergencia y seguridad que el organismo de tráfico nacional hará obligatorio con la llegada del nuevo año. Se trata de una baliza de iluminación localizada que los conductores deben activar en caso de emergencia. Esta, además de emitir una luz de dudosa advertencia, contactará con los servicios de emergencia para así poder desplegar en el menor tiempo posible las posibles ayudas que sean necesarias. En el fondo el sistema tiene sentido, pero su aplicación es lo que ha despertado un gran malestar.
La DGT aprobó su entrada en vigor hace ya 5 años. Hace unos días el propio Navarro aseguraba que no iba a retrasarse su entrada en servicio. Ahora, el propio director de la DGT suaviza el discurso y asegura que los agentes de tráfico serán “flexibles” con las sanciones durante los primeros meses. La normativa especifica que aquellos conductores que no cuenten con una baliza V-16 en el coche podrán ser sancionados con hasta 200 euros de multa sin sustracción de puntos. Durante los primeros meses, tal y como ha reconocido el propio Pere Navarro, no se aplicarán las sanciones, pero deja claro que es una medida temporal.

Se priorizará la información y el periodo de adaptación, tal y como ha especificado el director de la DGT durante su participación en el VIII Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial y la Movilidad Sostenible. Diferentes asociaciones de conductores y de consumidores se han quejado abiertamente del dispositivo y, sobre todo, de su coste. Incluso los propios Agentes de Tráfico reconocen que es inservible en muchas circunstancias. Una baliza V16 homologada puede costar en el rango de entre los 30 y los 50 euros. Un coste alto para muchos conductores y flotas de vehículos.