La seguridad vial en España está a punto de experimentar su mayor transformación desde la implantación del carné por puntos. El 1 de enero de 2026 marca el fin definitivo de una era: la de los triángulos de preseñalización de peligro. A partir de esa fecha, el único dispositivo legalmente permitido para alertar de una avería o un accidente en carretera será la baliza V-16 conectada a la plataforma DGT 3.0.
Aunque estas luces de emergencia lumínicas ya son de uso legal desde hace unos años, conviviendo con los triángulos, la cuenta atrás ha terminado. La Dirección General de Tráfico (DGT) exige ahora que estas balizas incorporen tecnología de comunicación para eliminar el riesgo de atropello que supone tener que salir del vehículo a colocar los triángulos. Se trata de un cambio legislativo que impacta directamente en la seguridad, especialmente en los vehículos eléctricos, cuyos conductores deben extremar la precaución en caso de inmovilización.

Geolocalización en tiempo real
El elemento central de la obligatoriedad de la V-16 es su capacidad de comunicación. La baliza ya no es un simple elemento reflectante o luminoso; se convierte en un emisor de datos. Pero ¿cómo funciona exactamente?
Cada baliza V-16 homologada y conectada incluye un módulo GPS y una tarjeta SIM integrada que no es extraíble, lo que garantiza su funcionamiento sin la necesidad de vincularla a un teléfono móvil o pagar cuotas adicionales. La conectividad viene incluida de serie, generalmente con una vigencia mínima de 12 años desde la fecha de compra, asegurando su operatividad hasta el año 2038 o incluso más.
Cuando un conductor sufre una incidencia activa la baliza. La DGT obliga a llevarla en el interior del coche para no tener que salir de él. Generalmente mediante un imán, se adhiere al techo del coche y esta se pone en funcionamiento de inmediato. La luz, con una potente iluminación LED de color amarillo y una visibilidad de 360 grados, se activa y, al mismo tiempo, el dispositivo envía su posición exacta y anónima al Punto de Acceso Nacional en materia de Tráfico y Movilidad.
Este punto de acceso, conocido como DGT 3.0, procesa la información y la distribuye en tiempo real. Así, otros vehículos, sistemas de navegación, y los propios paneles informativos de la carretera pueden advertir a los conductores que se aproximan a la zona del peligro con un margen de seguridad mucho mayor que el ofrecido por la simple luz intermitente del vehículo o los obsoletos triángulos.

Cómo evitar sanciones
Para evitar sorpresas al inicio de 2026 y sanciones que pueden ascender a 200 euros por no llevar el dispositivo adecuado, es crucial que los conductores adquieran un modelo que cumpla rigurosamente con los requisitos de la DGT. No todas las balizas V-16 actuales son válidas; solo lo son las conectadas y homologadas.
Características esenciales que debe buscar:
- Homologación y certificación: Debe incluir el número de homologación V16 y, fundamentalmente, la certificación de conectividad con DGT 3.0 en su embalaje, además del número de IMEI único.
- Tecnología IoT: La conexión debe realizarse mediante tecnología de Internet de las Cosas (IoT), como la NB-IoT, que ofrece una cobertura óptima en todo el territorio.
- Autonomía: El dispositivo debe garantizar, una vez activado, un funcionamiento continuo de al menos 30 minutos y mantener una autonomía en reposo (lista para usarse) de 18 meses. Para modelos con batería recargable, la recarga debe ser posible dentro del vehículo.
- Diseño: Base magnética resistente para la colocación en el techo del vehículo, visibilidad 360º y resistencia al agua e impactos (certificación mínima IP54).
El objetivo primordial de la DGT al imponer la baliza conectada es reducir la siniestralidad asociada a la inmovilización de vehículos. Los atropellos a personas que colocan los triángulos o que esperan fuera del vehículo en el arcén han sido, lamentablemente, una fuente constante de accidentes graves y secundarios en autopistas y autovías.
La V16 minimiza la exposición al peligro: el conductor solo tiene que bajar la ventanilla, extender el brazo y colocar la baliza en el techo gracias a su base magnética, sin tener que salir del habitáculo ni caminar por la calzada.
Esta medida de seguridad pasiva se suma a la tendencia de una movilidad cada vez más digitalizada y preventiva. Las motocicletas están exentas de la obligatoriedad, aunque la DGT recomienda su uso. En cualquier caso, el mensaje es claro: si su vehículo es un turismo, mixto, camión o autobús, la era de los triángulos ha terminado; la conectividad es la nueva norma.