La Dirección General de Tráfico (DGT) ha dado un giro inesperado en su política de señalización de vehículos inmovilizados en carretera y ha autorizado oficialmente el uso combinado de triángulos de emergencia junto a las balizas V16, rompiendo así la interpretación inicial de que la única señal válida sería el dispositivo conectado a partir del 1 de enero de 2026.
La rectificación, comunicada a través de una instrucción a la Guardia Civil de Tráfico, llega después de semanas de críticas por parte de conductores, asociaciones profesionales y cuerpos de emergencia que cuestionaban la eficacia práctica de excluir los triángulos tradicionales.

No es un cambio de rumbo, es una aclaración
La decisión de tráfico responde a una fuerte presión social y técnica que se ha intensificado en las últimas semanas. Bomberos, agentes de la Guardia Civil, asociaciones de conductores y gremios de transporte han expresado públicamente su descontento con la idea de eliminar completamente los triángulos, argumentando que estos dispositivos ofrecen una advertencia visual más anticipada en determinadas situaciones, especialmente de día o en tramos con curvas o escasa visibilidad.
Hasta hace poco, la postura oficial de la DGT era que a partir de 2026 los triángulos de emergencia dejarían de ser un medio legal de señalización en caso de avería o accidente y que únicamente la baliza V16 conectada (un dispositivo luminoso con capacidad de transmitir la ubicación del vehículo a la plataforma DGT 3.0) cumpliría con la normativa. Esta transición estaba prevista como el paso final de un proceso iniciado en 2023 para sustituir los triángulos, considerados peligrosos porque obligan al conductor a salir del coche y caminar por la calzada para colocarlos.
Pere Navarro, Director de la GDT, había insistido en que el uso de los triángulos no está prohibido y que se dejaba a la decisión de cada conductor, asegurando que no habría multas por tal práctica. Sin embargo, el levantamiento de voces críticas y la creciente polémica en medios y redes sobre la eficacia real de las balizas V16, que en algunos casos se perciben con visibilidad reducida o insuficiente, han llevado al organismo a poner negro sobre blanco estas declaraciones realizadas en medios.
En la instrucción interna enviada a los agentes, la DGT insta a no sancionar a los conductores que empleen triángulos de emergencia junto con las balizas V16, siempre que estas últimas estén presentes y en funcionamiento durante la señalización de la incidencia.

Críticas técnicas y seguridad vial
Profesionales del sector han señalado que la baliza V16 cumple una función distinta a los triángulos tradicionales, pero que no necesariamente los sustituye en todos los escenarios. Los triángulos, colocados a una distancia reglamentaria del vehículo inmovilizado, siempre han servido para advertir a conductores que se aproximan con la suficiente antelación, un aspecto que algunos expertos consideran especialmente útil en situaciones complejas de visibilidad diurna y curvas pronunciadas.
Además, colectivos como bomberos y guardias civiles han argumentado que en determinados entornos, como tramos con tráfico denso o carreteras secundarias con poca iluminación, la combinación de triángulo más baliza V16 puede ofrecer una señalización más completa, con la luz visible desde lejos y la forma del triángulo marcando la presencia de un incidente.
Estas voces también han reclamado que la normativa reforzara las exigencias de homologación y visibilidad de las balizas conectadas, ante la proliferación en el mercado de dispositivos que, pese a estar etiquetados como V16, no cumplen con los estándares de luminosidad o capacidad de transmisión requeridos por la DGT.
Aunque los triángulos recuperan presencia en este nuevo esquema, la baliza V16 sigue siendo obligatoria y será el elemento central de la señalización de vehículos inmovilizados a partir del 1 de enero de 2026. Según la normativa oficial, la baliza debe colocarse en el punto más elevado del vehículo y emitir una luz intermitente en 360 grados, además de transmitir automáticamente la ubicación del vehículo a la plataforma DGT 3.0, lo que permite a los centros de gestión de tráfico y a otros usuarios de la vía estar informados de la incidencia de forma digital.