Llegó como una revolución. A finales de 2024, el Dodge Charger EV fue un experimento de Stellantis -su ex CEO advierte de este peligro para Europa- que asombró a la industria. El segundo grupo automovilístico más importante de Europa -tras el Grupo Volkswagen- y con marcas en Estados Unidos tan importantes como Jeep o la propia Dodge lanzaba el primer muscle car eléctrico. Un segmento dominado hasta entonces por los motores de combustión y, más concretamente, por los enormes y ruidosos V8.
Y ruido no le faltaba al eléctrico de Stellantis, porque además de motores de hasta , contaba con un polémico sistema que ‘imitaba’ el sonido de estos motores V8. El Grupo se las prometía muy felices e incluso anunció su llegada a Europa a finales de este año.

Las ventas no despegaron despegar y Stellantis ya limitó la gama
Inicialmente, el primero de los muscle car eléctricos estuvo a la venta en una única carrocería de tres puertas y en dos versiones: una de 496 y otra de 680 CV; esta última con dos motores de 340 CV, uno en cada eje.
En cuanto a la autonomía, el Dodge Charger EV equipa una batería de 100,5 kWh -capaz de recargar hasta a 350 kW en corriente continua- que garantiza hasta 510 km sin recargar para la versión de 496 CV, y unos decentes 420 kilómetros para la variante más potentes.
Sin embargo, este coche se fabrica en Méjico y debido a los aranceles impuestos por Donald Trump a los coches -incluso estadounidenses- producidos en aquel país y, también, a sus bajas ventas pese a contar ya con un importante descuento sobre su precio original; Stellantis decidió limitar la producción del primero de los muscle car eléctricos a la versión más potente, además de lanzarlo en una nueva carrocería de cuatro puertas. Sin embargo, estas medidas tampoco funcionaron, y tanto fue así que las versiones térmicas de este coche vendían más que la eléctrica. Y eso que dejaron de fabricarse a finales de 2023.

Ahora, se vende con el 50% de descuento
Y, por ahora, el desastre de ventas del Dodge Charger EV continúa. Y no tiene visos de mejorar, ni mucho menos. Al menos así lo atestigua el artículo publicado por el medio especializado norteamericano Electrek, que indica que, en un concesionario de EE.UU., el primero de los muscle car eléctricos puede encontrarse con un descuento del 50% sobre su precio original.
Y es que, ya que Donad Trump también ha eliminado el subsidio federal a la compra de coches eléctricos -que alcanzaba 7.500 dólares- muchos fabricantes americanos están ofreciendo descuentos importantísimos para vender su stock de estos vehículos.

Así, el artículo citado habla de una rebaja por este descuento particular de hasta 20.250 dólares, lo que unido a otras promociones y rebajas, deja el precio final de coche, que costaba originalmente 62.685 dólares -53.317 euros- en apenas 28.935; equivalentes a 24.607 euros.
Se trata de caso concreto, pero unida a la triste trayectoria de ventas de este eléctrico de Stellantis, podría suponer que el Grupo dejara de fabricar muy pronto este muscle car de hasta 680 CV. No en vano, está visto que EE.UU. no lo quiere y que apenas -y eso si se los da- les está proporcionando beneficios.

