Imagina un coche que funciona con la suavidad y el confort de los coches eléctricos pero que, llegado el momento, no tiene ningún problema de autonomía; no en vano modelos ya ofrecen 1.000 km o más. Y es que, junto a su batería, incorpora un motor de combustión de gasolina que sirve como generador de energía: esa es la tecnología, perfecta para muchos, que incorpora un coche eléctrico de rango extendido, un REEV o un EREV
En España sólo Leapmotor, la marca china de Stellantis -que quiere vender 4 millones de coches a medio plazo- ofrece un modelo con esta tecnología: el Leapmotor C10 REEV, que ya hemos probado y resulta muy satisfactorio; además de ofrecer una tecnología muy cercana a esos 1.000 km: 970 km sin repostar.

Una tecnología ‘perfecta’ que Volkswagen podría adoptar en Europa
Con estas credenciales, cada vez más fabricantes chinos ofrecen modelos con esta tecnología, por ejemplo, Xpeng -el socio de Volkswagen; probamos su SUV eléctrico G6- acaba de presentar su SUV G7 con un motor de estas características y con muchos más que 1.000 km de autonomía: ¡1704 km!
Y ojo, no hablamos sólo de fabricantes chinos, porque el propio Grupo Volkswagen -el segundo fabricante mundial y el primero en Europa y que en China vende un Passat con 1.300 km de autonomía- que hace tan sólo unos meses cuestionaba esta tecnología ‘perfecta’; ahora parece más que dispuesto a incorporarla a sus futuros coches.
Incluso Ford se plantea contar con ella en su pick up más vendido en Estados Unidos, el F-150; toda vez que dejará de fabricar su versión eléctrica Lightning.
Sin embargo, los eléctricos y PHEV podrían acabar con ella
Ahora bien, según un reportaje de China Daily titulado muy a propósito “Las mejoradas baterías se comen al segmento de autonomía extendida”, esta tendencia ya está cambiando en China. Y muy rápido.
Si en el gigante asiático esta tecnología ‘perfecta’ de coches eléctricos REEV o EREV supuso un crecimiento de los modelos dotados con ella del 218 % en 2021, del 130% en 2022 y del 70.9% en 2023; ahora las cosas han cambiado.

Y para muestra, un dato. Según este reportaje, en noviembre de 2024, los compradores de vehículos eléctricos en China adquirieron un 57% coches eléctricos puros frente a un 43% que optaron por esta tecnología ‘perfecta’ REEV. Un año después, un 73% de los clientes han optado por un coche 100% eléctrico y tan sólo un 27% por uno con la tecnología de autonomía extendida.
¿Los motivos de esta caída de ventas y cambio de tendencia? Varios y fáciles de entender. Por un lado, el precio de las baterías -que suponen hasta un 40% del precio de los coches eléctricos- sigue descendido y, con ello, el precio total de los coches eléctricos también lo hace.
Por otro, las baterías de los coches eléctricos mejoran cada día -MG traerá a España en 2026 el primer eléctrico con batería de estado semisólido- y el Santo Grial de las baterías, aquellas de estado sólido, llegarán al mercado en 2026 de la mano del dueño de OMODA y JAECOO.

Y por otra, la cada vez mayor y mejor red de recarga para coches eléctricos y PHEV. No en vano, en China ya existen cerca de 19 millones de puntos de recarga -su número se incrementó nada menos que en un 52% sólo en 2024- y, gran parte de ellos, de recarga rápida y súper rápida. Un aumento exponencial que se espera se mantenga en los próximos años y que, sumado al cada vez precio más competitivo de los EV y PHEV, podría hacer que esta tecnología EREV o REEV desapareciera del mercado.
Sin embargo, la existencia -o mejor dicho, la carencia- de una tupida red de puntos de recarga, como ocurre en Europa; es precisamente la esperanza que esta tecnología ‘perfecta’ aún pueda triunfar en mercados como los del Viejo Continente -algo con lo que cuenta Volkswagen- y especialmente como el de España, que frente a sus vecinos europeos, presenta aún una red de puntos de recarga menos extensa.

