El desembarco de los modelos eléctricos procedentes de China ha sacudido el mercado automovilístico europeo y plantea a los consumidores una pregunta hasta hace poco insospechada: ¿es ahora el mejor momento para comprar un coche eléctrico?
Javier Ruiz, presenta cada día Mañaneros 360 en TVE, anteriormente era el Jefe de Economía en La Cadena Ser y explica y analiza las noticias económicas más relevantes de la actualidad en Money Talks. A través de la cuenta de Instagram de Uppers, el conocido presentador desgrana en su último vídeo las claves que explican este fenómeno y advierte de las oportunidades y desafíos que acompañan a esta nueva etapa.

¿Cuándo hay que comprar un coche eléctrico?
En apenas unos meses, los fabricantes chinos han logrado reducir los costes de sus modelos eléctricos hasta niveles que, aun sumando aranceles, transporte y homologación, resultan muy competitivos en el Viejo Continente. Según Ruiz, la presión de la oferta, potenciada por los aranceles que impiden a Pekín colocar vehículos en Estados Unidos, está provocando una auténtica guerra de precios en Europa. “Es más que probable que empiecen a comercializarse coches eléctricos puros por 12.000 euros, cuando antes el punto de partida estaba en torno a los 30.000”, señala el economista.
A ese coste reducido se suma el impacto de las ayudas públicas. El Plan Moves III contempla subvenciones de hasta 7.000 euros si se entrega un turismo antiguo para achatarrar, con lo que el desembolso final puede quedarse en apenas 5.000 euros por un vehículo de gama media. Para muchos usuarios, esa cifra convierte al eléctrico en una alternativa más económica que un automóvil de combustión o un híbrido enchufable, situando así a estos coches en una posición de ventaja competitiva sin precedentes.
El reto chino llega en un momento delicado para Tesla, que hasta hace poco dominaba el segmento en Europa. La polémica protagonizada por Elon Musk durante la reciente investidura de Donald Trump, cuando realizó un gesto ante los asistentes que fue interpretado como un saludo nazi, ha dañado la imagen de la marca. Desde entonces, explica Ruiz, Tesla no solo ha visto disminuir su cuota de mercado en toda Europa, sino que se espera que esta tendencia se acentúe con la llegada masiva de alternativas asiáticas.
La asignatura pendiente es la infraestructura de recarga
Sin embargo, la explosión de la oferta eléctrica no resuelve todos los problemas. La infraestructura de recarga sigue siendo el principal cuello de botella para la masificación del vehículo eléctrico en España. Los puntos de carga, gestionados mayoritariamente por ayuntamientos, dependen de licencias que pueden demorar hasta dos años, y no siempre disponen de suficientes cargadores rápidos. Además, un porcentaje significativo permanece inutilizado por averías.
“Si no incrementamos de manera urgente la red de electrolineras y simplificamos la burocracia para su instalación, estaremos frenando a un sector con un enorme potencial de crecimiento”, advierte Ruiz. Para ello, identifica dos vías complementarias: la inversión privada, como la que está impulsando la propia Tesla con su red de supercargadores y la pública, desbloqueando fondos europeos antes de que caduquen y agilizando los procesos administrativos.
Más allá de los números, Ruiz recuerda que la autonomía de los coches eléctricos es muy sensible al estilo de conducción y a las condiciones de la ruta. En carretera, un modelo que anuncia 300 km de autonomía a velocidad constante puede quedarse por debajo de los 200 km si se abusa del acelerador o se circula por vías exigentes. “Intentar unir grandes distancias sin puntos de recarga rápidos es, sencillamente, un riesgo inasumible”, subraya.
Por ello, aconseja a los potenciales compradores pensar en el uso real que harán del vehículo: desplazamientos urbanos, trayectos cortos o desplazamientos interurbanos con paradas planificadas. En este escenario, el eléctrico ofrece ventajas evidentes, cero emisiones en ciudad, coste de recarga por debajo del mantenimiento de un motor térmico y acceso a zonas de bajas emisiones, pero exige una adaptación de hábitos y una mayor previsión de las rutas.
A pesar de las circunstancias, las cifras de ventas no paran de crecer
Las cifras confirman la progresiva aceptación del eléctrico en España: en mayo, las matriculaciones de vehículos electrificados se dispararon, con algunos modelos que aumentaron sus ventas por encima del 15% en comparación con el mismo mes del año anterior. El impulso de las marcas chinas promete acelerar esta transición.

Para Ruiz, nos hallamos ante un punto de inflexión. Los precios de entrada, los incentivos públicos y la incorporación de nuevos competidores están conformando un momento inédito en la historia de la automoción europea. Sin embargo, el éxito del eléctrico dependerá de la capacidad de administraciones y empresas para desplegar una red de carga ágil y fiable, así como de la disposición de los conductores a adaptar su forma de conducir y planificar sus trayectos.