Es frecuente que algunos medios de comunicación difundan que los vehículos eléctricos presentan un riesgo de incendio superior al de los térmicos. Sin embargo, las estadísticas desmienten ese mito: según varios estudios, incluido el de la OCU, los coches eléctricos tienen una probabilidad de fuego 10 veces inferior a la de los coches de gasolina. Aun así, cuando se produce un incendio en un eléctrico, su extinción es más lenta y exige protocolos específicos por su origen químico.
Aunque cualquier siniestro en garajes preocupa a los bomberos, los expertos insisten en que es poco habitual que un coche eléctrico arda, y cuando sucede suele derivarse de un uso incorrecto del cargador o de una manipulación inadecuada de la batería.

¿Por qué se incendia una batería?
Las baterías, pese a su diseño elemental (cátodo, ánodo, separador y electrolito) funcionan como sistemas ‘vivos’ basados en reacciones químicas que varían según sus condiciones de uso. Su gestión térmica es crítica: internamente, liberan calor mediante procesos exotérmicos vinculados al movimiento de electrones e iones que generan la corriente eléctrica.
Si este calor no se evacua con eficacia, puede desencadenarse una fuga térmica, un fenómeno en cadena que compromete la integridad de las celdas y eleva la temperatura hasta los 400 °C. Durante este colapso, los materiales internos se descomponen, liberando gases tóxicos e inflamables y multiplicando el peligro de incendio o incluso de explosión.
Este riesgo subraya la importancia de sistemas de enfriamiento y control avanzados, capaces de prever y mitigar al instante cualquier sobrecalentamiento, evitando así el efecto dominó entre las celdas y garantizando la seguridad de los vehículos eléctricos.
Los vehículos eléctricos requieren una vigilancia extra y un periodo de observación después de apagar el fuego, ya que las baterías afectadas podrían reavivar las llamas.
El revolucionario invento español
Un invento español ha encontrado una forma de lograr la extinción completa y segura de incendios originados en baterías de vehículos eléctricos sin causar daño alguno a los coches colindantes. El sistema Ecofire Fighting, diseñado por César Sallen y desarrollado por la firma aragonesa Simonrack, demostró en Barcelona su eficacia contra las llamas sobre dos baterías de Tesla, así como en un automóvil eléctrico aparcado en un parking, sin generar daños “colaterales”.
La demostración se realizó en el Polígono Fast Parcmotor de Castellolí (Barcelona). Acudieron a ella representantes de SEAT, Iberdrola, TMB, Bombers de Barcelona, EMT y AEDIVE. En su presencia, Ecofire Fighting encapsuló y sofocó un incendio de baterías de litio y neutralizó el fuego en un coche eléctrico, sin que el vehículo adyacente sufriera ni un arañazo.
El secreto reside en la composición de la solución líquida utilizada basada en fibra de celulosa y almidón, totalmente orgánica, inocua para personas, animales y plantas. Al contacto con las llamas, crea una barrera térmica que reduce drásticamente la temperatura y encierra el humo, evitando la propagación de gases tóxicos y frenando explosiones en cadena. Según sus creadores, su eficacia es entre 40 y 100 veces superior al agua, y actúa de 6 a 10 veces más rápido, utilizando de 8 a 20 veces menos producto que el agua para un mismo incendio.
Ecofire Fighting no solo extingue incendios, sino que, tras su aplicación, mejora las propiedades del terreno. Al ser biodegradable, no genera residuos ni se acumula en el ecosistema, favoreciendo la regeneración del suelo. “Queríamos un producto que perdurase en el tiempo y que, tras su uso, no dejara secuelas ambientales”, explica Sallen.

Historia de un invento español
César Sallen ideó Ecofire tras un grave incendio en España que costó la vida a varios bomberos. El objetivo era crear un agente capaz de trazar cortafuegos seguros para proteger vidas y patrimonio, y que, incluso bajo la lluvia, no dañase la vegetación ni el suelo. Inicialmente concebido para incendios forestales, Simonrack ha adaptado la fórmula para hacerla eficaz contra fuegos de metales y combustibles, como los de las baterías de litio.
Además de parkings de vehículos eléctricos y puntos de recarga, Ecofire Fighting está preparado para fábricas y centros logísticos con maquinaria eléctrica, y para uso doméstico (electrodomésticos, móviles o patinetes) bajo la marca Ecofire Home. Esta vertiente “doméstica” permite atajar conatos de incendio por cortocircuitos o sobrecalentamientos, reduciendo el riesgo de intoxicación al encapsular los humos desde el primer instante.
La tecnología ya cuenta con el aval de compañías como Repsol, Iberdrola y EMT Madrid, y comienza su implantación en administraciones como la Diputación de Huesca, el Gobierno de Aragón y la Junta de Andalucía. “La EMT de Madrid fue la primera en apostar por nosotros”, destaca Ibán Moreno, CEO de Simonrack, quien subraya las exigencias en seguridad de las instituciones públicas y privadas.