La irrupción de fabricantes chinos en el mercado automovilístico europeo no debería verse únicamente como una amenaza, sino también como una oportunidad para reforzar la industria local, según el presidente ejecutivo de Gestamp, Francisco J. Riberas.
Durante su participación en el VI Foro Internacional de Expansión, el directivo de la multinacional española, especializada en el diseño y producción de componentes metálicos para vehículos, subrayó que si las marcas chinas deciden instalar fábricas en Europa, esto podría suponer un impulso económico para el sector.

“Si al final las marcas chinas terminan haciendo industria aquí, creo que puede ser una oportunidad”, afirmó Riberas, quien también advirtió que lo realmente perjudicial sería que “los coches se produzcan en China y se exporten aquí” sin generar valor añadido en suelo europeo.
Apoyo a la libre competencia con condiciones equilibradas
El presidente de Gestamp instó a las autoridades comunitarias a ofrecer incentivos a la producción local mediante “una libre competencia real y con aranceles ajustados” para evitar desequilibrios entre empresas europeas y asiáticas.

Riberas contextualizó la amenaza creciente de la industria china al recordar que ese país ha pasado de producir 3 millones de vehículos a más de 30 millones anuales, y que ya no fabrica exclusivamente para su mercado interno, sino que ha adoptado una estrategia claramente exportadora.
Europa necesita una estrategia industrial sólida
El ejecutivo remarcó la falta de planificación industrial en Europa frente al enfoque sostenido de China, que ha invertido durante años en un plan estratégico para consolidar su liderazgo en el sector. “Europa ha sido la perdedora en estos últimos años, no solo en automoción, sino también en otros sectores industriales”, lamentó.
Por ello, instó a las instituciones europeas a articular un plan integral para reactivar el mercado automovilístico, y advirtió de las consecuencias sociales y económicas si el sector continúa perdiendo peso: “Está en juego el modelo económico y social de Europa. Hay que hacer una transición con sentido común”.
Apuesta por una electrificación flexible
Riberas también pidió una visión más amplia en el proceso de descarbonización del transporte. Aunque defendió el impulso del vehículo eléctrico, alertó de que no se debe descuidar el papel de los vehículos híbridos, a los que considera una alternativa realista y sostenible para muchos usuarios. “No solo hay que estimular el coche eléctrico puro. Hay opciones más eficientes que recurrir a un vehículo de segunda mano”, señaló.
El presidente de Gestamp concluyó que Europa debe avanzar en la transición energética, pero sin perder de vista el impacto sobre su base industrial: “Una transición sin industria no es una transición sostenible”.