Corren tiempos de cambio para Europa y para el resto del mundo. El coche eléctrico ha cambiado por completo la realidad de una de las industrias más importantes del Viejo Continente. Los fabricantes de coches se enfrentan a numerosos retos económicos, comerciales y políticos. Bruselas se ha propuesto convertir a la Unión Europea en la región más limpia y sostenible del mundo. Un gran propósito que está suponiendo enormes quebraderos de cabeza para las marcas y los clientes. Los cambios de rumbo de última hora ponen en jaque una agenda que podría terminar, según BMW, destruyendo la industria del automóvil en Europa.
Oliver Zipse está al frente del Grupo BMW, formado por BMW, MINI y Rolls-Royce. Uno de los conglomerados más importantes de Europa. Zipse se ha labrado una más que merecida fama dentro de la industria. Ha liderado a la compañía alemana en una de las transiciones más radicales de su historia, aunque el año que viene cederá su puesto. BMW prepara el lanzamiento de una nueva generación de coches eléctricos apoyados en la ya famosa plataforma Neue Klasse. El próximo mes de septiembre presentará a todo el mundo el nuevo BMW iX3. Un SUV eléctrico que promete redefinir el concepto de electromovilidad. Toda una familia de productos se asentará sobre la nueva estructura.

Zipse confía en que Europa revoque la decisión sobre los motores de combustión
Si bien BMW está preparando el cambio, Zipse critica duramente las decisiones tomadas por las cámaras europeas. Parlamento y Comisión han aprobado la extinción del motor de combustión a partir de 2035. Estrategia que será revisada el año que viene. Durante una entrevista al periódico alemán Die Welt, Zipse ha declarado que “el sistema actual es un desastre”. La normativa ahora vigente pondrá, según él, en peligro la competitividad de la industria automovilística europea. Zipse ha expresado su confianza en que la normativa sea revocada en un plazo máximo de tres años, en parte, por los altos costes que conlleva.
El máximo responsable de BMW exige un cambio en la normativa que mide la contaminación de un vehículo. Zipse quiere que se tenga en cuenta todo el ciclo de vida del producto, desde la extracción de las materias primeras hasta la producción y posterior reciclaje. BMW considera que está en clara posición de ventaja frente a otros rivales. BMW se centra en múltiples soluciones para el futuro sabedores de que el coche eléctrico puede que no se convierta en la única alternativa viable. Los de Múnich trabajan en varias líneas, desde el desarrollo de sistemas impulsados con combustibles sintéticos, hasta el hidrógeno, campo en el que han forjado grandes alianzas con Toyota. Zipse defiende firmemente la inversión de BMW en hidrógeno: "No somos tontos, somos reflexivos".

Durante dicha entre vista, Zipse ha enfatizado la necesidad de cooperación internacional en lugar del aislamiento. Los conflictos comerciales, por ejemplo, con China o Estados Unidos, son perjudiciales. “A veces tenemos la impresión de que los políticos europeos olvidan que las empresas europeas operan a nivel mundial”, ha declarado el ejecutivo de BMW. “El arancel más alto a los coches viene de Bruselas, no de la Casa Blanca”. "Europa está avanzando, eso es bueno", comenta Zipse sobre las negociaciones con Estados Unidos. Afortunadamente, la idea de imponer aranceles de represalia contra Estados Unidos está en declive. "Eso sólo conduciría a una espiral arancelaria que perjudicaría a ambas partes".