Durante décadas, quienes buscaban un deportivo de Porsche por debajo del mítico Porsche 911 tenían dos opciones claras: el Porsche 718 Boxster y el Porsche 718 Cayman. Sin embargo, la era de estos modelos con motor de combustión ha llegado oficialmente a su fin. La marca alemana ha confirmado el cierre de los pedidos a nivel mundial, lo que significa que los últimos ejemplares disponibles serán únicamente aquellos que todavía queden en stock en los concesionarios.
La decisión no pilla por sorpresa a los seguidores de la firma de Stuttgart. Desde hace años se sabía que tanto el Porsche Boxster y el Cayman tenían los días contados, en gran medida por la estrategia de electrificación de Porsche y por las crecientes regulaciones en distintos mercados. De hecho, a principios de 2024 ambos modelos fueron retirados de Europa al no cumplir con las normas de ciberseguridad vigentes, una actualización que la compañía consideró inviable para mantenerlos en venta.
Producción aún con interrogantes

Aunque Porsche cerró el libro de pedidos, no ha precisado cuándo se detendrá por completo la producción de estos deportivos. Según reportes de Autocar, la construcción de las unidades ya encargadas podría extenderse hasta 2026, lo que convertiría a los últimos Boxster y Cayman en piezas de colección muy codiciadas en el futuro.
El final de los modelos a gasolina no significa la desaparición de los nombres. Porsche ya trabaja en las versiones 100% eléctricas del Boxster y del Cayman, que se encuentran en fase avanzada de pruebas y que podrían debutar en 2026. Varios prototipos han sido fotografiados en múltiples ocasiones en carreteras y circuitos, alimentando la expectativa de los aficionados.

De acuerdo con la información disponible, las nuevas generaciones ofrecerán variantes de un motor con tracción trasera y de dos motores con tracción total, aunque la marca todavía no ha revelado cifras de potencia, autonomía ni tiempos de carga. La lógica sugiere que superarán en prestaciones a los modelos salientes, pero la gran incógnita será si lograrán el mismo éxito que con los tradicionales motores de combustión.
El reto emocional de la electrificación
Más allá de la tecnología, el desafío de Porsche será mantener la esencia de conducción que ha caracterizado a los 718. Para muchos puristas, la conexión visceral con un motor de combustión difícilmente podrá replicarse con un tren motriz eléctrico, aunque la marca asegura que trabajará para que la experiencia de conducción esté a la altura de sus estándares históricos.
El cierre de esta etapa deja atrás más de un cuarto de siglo de historia para los Porsche Boxster y Cayman, pero también abre un capítulo decisivo: comprobar si los deportivos eléctricos de Porsche podrán conquistar a las nuevas generaciones sin perder el alma que los convirtió en iconos.