Acabamos de enterarnos de que la Oficina Federal de Energía de Suiza (SFOE) decidió ocultar los resultados de un estudio que precisamente encargó y financió por un coste de 120.000 dólares. ¿La razón? El informe confirmaba que sustituir un coche con motor de combustión por un vehículo eléctrico es positivo para el medio ambiente.
En 2022, la SFOE contrató a la reconocida firma de investigación Infras para responder a una pregunta sencilla: ¿Cuándo tiene sentido, desde el punto de vista climático, reemplazar un coche a gasolina por uno eléctrico?

Numerosos estudios han demostrado a lo largo de los años que, si estás pensando en comprar un coche nuevo, es mucho mejor para el medio ambiente optar por uno eléctrico. Sin embargo, debido al impacto ambiental de fabricar un nuevo vehículo, algunas personas plantean que podría ser preferible seguir utilizando el coche viejo hasta que acabe su vida útil. Para resolver dicha duda, la Oficina de Energía suiza encargó el estudio por el equivalente a 100.000 francos suizos.
El informe, entregado en otoño de 2024, fue concluyente: reemplazar más del 90% de los coches de gasolina o diésel actuales por modelos eléctricos del mismo tamaño reduciría las emisiones de CO2 de forma inmediata, salvo en casos de vehículos que casi no se utilizan. Lo más preocupante es que la filtración de estos resultados no fue por voluntad del gobierno, sino gracias a Republik, un medio de investigación que obtuvo una copia mediante una solicitud de acceso a la información.

Sobre la decisión de ocultar el informe, varios funcionarios de la SFOE afirman tener dudas sobre los resultados. Sin embargo, Republik obtuvo correos internos mediante nuevas solicitudes oficiales que revelan otra historia.
En esos intercambios, el personal del organismo expresó su preocupación por la “sensibilidad política” del tema. En diciembre de 2024, la jefa de proyecto escribió que las recomendaciones del estudio “podrían malinterpretarse” en un contexto donde la administración federal ya era percibida de forma negativa. El jefe de comunicaciones de la oficina incluso calificó el estudio de “meramente académico”, argumentando que nadie iba a decidir reemplazar su coche de cinco años pensando en el clima. También advirtió que debían tener cuidado de no parecer que hacían recomendaciones “elitistas”.
Este enfoque resulta especialmente contradictorio, considerando que el propósito del estudio era precisamente informar al público sobre el impacto ambiental de cambiarse a un vehículo eléctrico. Suiza se había fijado la meta de que el 50% de los coches nuevos vendidos en 2025 fueran eléctricos. Actualmente, apenas alcanza el 30%.