El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con tomar represalias contra la Unión Europea tras la multa multimillonaria impuesta a Google por abuso de posición dominante en el mercado de la publicidad digital. La Comisión Europea sancionó al gigante tecnológico con 2.950 millones de euros, la mayor multa antimonopolio aplicada a la compañía en Europa desde 2018.
En un mensaje difundido a través de redes sociales, el mandatario norteamericano denunció que Bruselas “desfalca” a las empresas estadounidenses con multas “injustas” que, según dijo, perjudican tanto a Google como a otros gigantes tecnológicos. “Europa ha impuesto hoy una multa de 3.500 millones de dólares a otra gran empresa estadounidense, Google, desfalcándola en la práctica para financiar inversiones y empleos europeos. Esto se suma a las numerosas multas e impuestos contra Google y otras compañías. La Unión Europea debe detener inmediatamente esta práctica”, escribió.
Amenaza con medidas comerciales

En una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca, con otro propósito principal distinto, Trump aprovechó para advertir que Estados Unidos “no permitirá” que se repitan estas sanciones. “No es justo. No queremos que eso le pase a nuestras empresas. Y si alguien hace eso, nosotros deberíamos hacérselo a ellos”, declaró ante los periodistas.
El presidente incluso sugirió que podría recurrir a la Sección 301 de la legislación comercial estadounidense, un instrumento que permite abrir investigaciones contra prácticas extranjeras consideradas discriminatorias y que puede derivar en la imposición de nuevos aranceles. “Si tienen que pagar, que nos paguen a nosotros. Pero no se puede hacer eso a nuestras empresas”, subrayó.
En otra publicación, Trump recordó que Google ya ha desembolsado anteriormente 13.000 millones de dólares en reclamaciones y cargos, que, sumados a sanciones previas, elevarían la cifra a 16.500 millones de dólares. Además, aprovechó para señalar que Apple también ha sido multada en Europa en el pasado y que, en su opinión, “debería recuperar su dinero”.
Bruselas defiende la sanción

La Comisión Europea justificó la multa de casi 3.000 millones de euros por considerar que Google abusó de su posición de dominio en el mercado de la tecnología publicitaria (adtech) desde al menos 2014, favoreciendo sus propios servicios en perjuicio de competidores que ofrecen soluciones a anunciantes y editores en línea.
Según la decisión de Bruselas, la compañía estadounidense deberá poner fin a estas prácticas de inmediato y garantizar que no se repitan, adoptando medidas para evitar conflictos de intereses en toda la cadena de suministro. La sanción se enmarca en un momento delicado de las relaciones transatlánticas, ya que la decisión se había retrasado varias semanas ante el temor de que pudiera reavivar las tensiones comerciales entre Bruselas y Washington.
Un pulso abierto
Las declaraciones de Trump elevan el tono de un pulso que podría tener consecuencias directas en el comercio bilateral. Mientras Bruselas insiste en que las multas responden a la defensa de la competencia y del consumidor europeo, la Casa Blanca plantea una posible respuesta en forma de aranceles o sanciones contra empresas europeas. Hay que recordar que hace poco más de un mes se hizo efectiva la reducción de los aranceles a los coches europeos importados en EEUU, pasando del 27,5 al 15%, tras el acuerdo entre Trump y Ursula von der Leven.
No obstante, la tensión entre ambas parte continúa, y se podría volver al estado inicial, dependiendo de los sectores que Norteamérica decida perjudicar. Como sea, los fabricantes europeos ya pagan mucho más que antes de la llegada de Trump al poder, pues hasta entonces la tasa aplicada era del 2,5%.
El choque se suma a otros episodios de fricción en torno a la regulación digital y los subsidios industriales, en un contexto en el que tanto Washington como Bruselas buscan reforzar su soberanía tecnológica frente a China. Con el caso Google como detonante, la disputa amenaza con convertirse en un nuevo frente en la ya compleja relación económica entre la Unión Europea y Estados Unidos.