La Organización de Consumidores Europea (BEUC) ha publicado su último informe sobre el sector del automóvil, centrado en cómo evoluciona el valor de mercado de los vehículos con el paso del tiempo según su tipo de propulsión. Sus conclusiones resultan especialmente adversas para los coches eléctricos, aunque por un motivo bastante sorprendente.
El documento, cuya síntesis publica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), indica que, a los tres años tras salir al mercado y tras recorrer 45.000 km, un coche eléctrico sufre una depreciación del 50%, es decir, pierde la mitad de su precio inicial. Les siguen los híbridos enchufables, con un desgaste de valor del 39 %, los modelos diésel que pierden un 36% y, por último, los de gasolina, cuyo valor se reduce únicamente un 33%.

Los coches eléctricos actuales han mejorado tanto que deprecian los más ‘antiguos’
La Organización de Consumidores Europea (BEUC) ha publicado un nuevo estudio sobre el valor residual de los vehículos según su sistema de propulsión. Aunque todos los coches comienzan a depreciarse al salir del concesionario, los eléctricos caen de precio más rápido que el resto, explica la OCU.
Según el informe, a los tres años y tras recorrer 45.000 km, un coche eléctrico pierde el 50% de su valor original, frente al 39% de los híbridos enchufables, el 36% de los diésel y el 33% de los de gasolina. Sin embargo, esta situación se debe a dos razones que ya están en gran parte solucionadas por la industria.
Primero, los eléctricos de primera generación se lanzaban al mercado a precios notablemente más altos que sus equivalentes de combustión o híbridos. Los modelos pioneros en Europa tenían precios desproporcionados respecto a sus prestaciones y muy superiores a los que se ofrecen hoy, lo que hace que las primeras generaciones se devalúen con más fuerza. La OCU estima que, a medida que los costes de fabricación se igualen, esta causa perderá peso en la depreciación.
El segundo factor es la autonomía. La denominada “ansiedad por autonomía” preocupaba a muchos compradores, ya que los primeros eléctricos un rango que solo permitía recorridos limitados. En solo tres años, los avances en eficiencia y en el abaratamiento de las baterías han permitido dotar a los nuevos modelos de autonomías muy superiores, dejando atrás a sus antecesores.

Un ‘inconveniente’ que favorece el mercado de segunda mano
Aunque la oferta de coches eléctricos usados sigue siendo más reducida en España (solo un 5,6% de matriculaciones en 2024), para muchos conductores supone una gran oportunidad. La encuesta de la OCU revela que sus principales ventajas son el menor coste de uso y mantenimiento, aparcamiento gratuito, exención del impuesto de circulación, silencio de marcha y menor impacto ambiental. Entre los retos, destacan la limitada red de carga pública, su precio, la curva de aprendizaje inicial y la demora en recibir las ayudas del Plan Moves.
Para quienes buscan un eléctrico de ocasión, ahora es un momento atractivo: la OCU señala que pueden encontrarse berlinas y SUV de marcas de confianza, con menos de 45.000 km y cerca de 300 km de autonomía, por debajo de 20.000 € (sin ayudas). Además, mantienen la garantía de batería de hasta 8 años o 160 000 km —aunque pueden superar los 3.000 ciclos de carga.