Por primera vez en 88 años, Volkswagen cierra una fábrica de coches eléctricos en Alemania que se transforma en un centro de investigación de IA

La marca anuncia el cierre de su fábrica de Dresde, que afecta a 225 empleados, y la reconvertirá en un campus tecnológico.

Volkswagen Dresde
La fábrica de Volkswagen en Dresde se inauguró en 2002.
16/12/2025 15:30
Actualizado a 16/12/2025 15:30

Una señal más del cambio que está viviendo la industria del automóvil: por primera vez en 88 años de historia, Volkswagen va a cerrar la producción de vehículos en una planta situada en Alemania. La fábrica de Dresde, desde hoy mismo, ya no va a producir coches, su nueva función va a ser convertirse en un campus de investigación de IA y chips.

Según explica Financial Times, la decisión se habría tomado debido al contexto actual de la industria, en el que hay una presión creciente sobre la liquidez del fabricante que deriva de varios factores: por un parte está la debilidad de las ventas en China, por otra la menor demanda que existe en el mercado europeo y, como añadido, el impacto de los aranceles estadounidenses sobre sus ventas en Norteamérica.

Volkswagen Dresde 1
En Dresde se empezó a producir el ID.3.

Ajuste de presupuesto

Debido a esta situación, la compañía habría revisando la asignación de su presupuesto de inversión. Originalmente se barajaba un total de 180.000 millones de euros entre 2023 y 2027, pero ha sido necesario ajustarlo a la baja, quedándose en unos 160.000 millones de euros para los próximos cinco años. Ya el pasado mes de octubre, el director financiero de Volkswagen, Arno Antlitz, señaló que el flujo de caja neto previsto para 2025, que inicialmente se preveía que fuera cercano a cero, podría resultar ligeramente positivo. A pesar de ello, los analistas consideran que la presión financiera sobre el grupo continuará, como afirma Stephen Reitman, analista de Bernstein: “Existe claramente tensión sobre el flujo de caja en 2026”.

Como consecuencia, el grupo está buscando fórmulas para reducir costes y mejorar la rentabilidad operativa. Además, el analista señala que a los desafíos generalizados que ya enfrenta VW se suma una nueva realidad: los previsibles cambios en la normativa europea, que supondrán una mayor longevidad para los motores de combustión (ya que podrían seguir vendiéndose más allá de 2035), obliga a realizar nuevas inversiones para mejorar la tecnología de los motores de gasolina.

Malos resultados para la planta

El medio recoge también el punto de vista de Moritz Kronenberger, gestor de carteras en Union Investment, quien considera que para alcanzar sus objetivos de inversión es necesario eliminar algunos proyectos, lo que permitirá centrarse en otros que resulten más interesantes y rentables. En esa tesitura, la planta de Dresde parecía la opción lógica que eliminar, ya que desde que comenzó a operar en 2002 ha producido menos de 200.000 vehículos, una cifra inferior a la mitad de la producción anual de la fábrica central de Volkswagen en Wolfsburgo.

La fábrica fue concebida como un escaparate del potencial tecnológico de Volkswagen y comenzó ensamblando el Phaeton, un modelo de alta gama cuyo éxito comercial fue muy limitado. Tras la retirada de este vehículo en 2016, cogió la antorcha de la estrategia de electrificación del grupo, comenzando la producción del ID.3, pero el rendimiento en ventas de este, también comedido, ha hecho sea la elegida para prescindir de ella.

El consejero delegado de la marca, Thomas Schäfer, afirmó este mismo mes que la decisión de detener la producción en Dresde no se tomó “a la ligera”, aunque sí admitió que “desde un punto de vista económico era imprescindible”. El cierre afecta a 225 empleados, a los que se ha ofrecido la posibilidad de traslado o de jubilación anticipada. Para quienes opten por lo primero, trabajarán en la planta de Wolfsburgo y recibirán además un pago de 30.000 euros.

De esta manera, las instalaciones serán arrendadas a la Universidad Técnica de Dresde para la creación de un campus de investigación centrado en el desarrollo de inteligencia artificial, robótica y semiconductores. Tanto aquella como Volkswagen se han comprometido a invertir conjuntamente 50 millones de euros en el proyecto durante los próximos siete años.