Escoger el color es un factor muy importante a la hora de comprar un automóvil. Los fabricantes lo saben y, por ello, únicamente tienen una única tonalidad básica sin sobrecoste. La mayor parte de opciones disponibles implican el pago de un extra, el cual puede dispararse por encima de los 1.000 euros dependiendo de la mezcla o la originalidad que implica. Esta decisión, además, puede tener efectos a la hora de venderlo pasado un tiempo.
Un nuevo estudio organizado por iSeeCars ha permitido comprender cuál es la relevancia que hay detrás de la elección de un determinada tonalidad para nuestro automóvil. Las conclusiones son evidentes, ya que puede suponer obtener mucho más dinero en el mercado de ocasión. De acuerdo con los resultados obtenidos tras analizar más de 1,3 millones de operaciones, se ha podido determinar que los automóviles con colores amarillo, morado o naranja han tenido unas cifras de depreciación inferiores al resto.
Ejemplos que demuestran la disparidad en el deterioro de los coches
Un caso significativo es lo ocurrido con el primer tono mencionado anteriormente. Por término medio, los coches amarillos han sufrido una depreciación del 13,5% tras 3 años, mientras que la media general asciende a un 22%. Si se realiza ese cálculo en cifras absolutas, se obtiene que el deterioro asciende a unos 6.588 dólares de deterioro si el automóvil cuenta con esta tonalidad vistosa, mientras que habrá que conformarse con 9.674 dólares de depreciación si acudimos a modelos con colores más discretos.
Una de las curiosidades más destacadas de estos resultados está directamente relacionado con la demanda de automóviles. Es posible que haya menos usuarios dispuestos a comprar un automóvil de color amarillo. Sin embargo, los que sí buscan uno con esta característica, están dispuestos a pagar una cuantía superior que el resto.
Atendiendo a la tónica general que se puede observar en el estudio, si dispones de un vehículo con una tonalidad que no es la convencional, tienes más probabilidad de vender el coche a un mayor precio. Al fin y al cabo, tonos tradicionales como el blanco o el negro se han convertido en opciones con una mayor oferta, lo cual implica tener que disponer de un precio mucho menos competitivo.
Curiosamente, esta misma tendencia se puede observar en otros tipos de segmentos, tales como el de los camiones. El estudio también ha centrado esfuerzos en conocer qué ocurría en esta industria, llegando a obtener cifras de depreciación muy dispares entre unos y otros colores. Por el contrario, los 3 colores menos interesantes por la demanda son el color oro, el marrón y el negro, siendo este último mucho más visto que los anteriores.