Las startups chinas podrían repetir los errores de Tesla

NIO y Xpeng quieren producir a gran escala sus primeros vehículos, pero no poseen la infraestructura adecuada ni las capacidades logísticas necesarias para llevar a cabo un volumen de producción que les permitan generar beneficios.

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22/08/2018 10:33
Actualizado a 04/09/2018 11:04

NIO y Xpeng, dos startups chinas, han anunciado la llegada de sus primeros modelos de coches eléctricos destinados a las masas, con altos niveles de producción. ¿Su principal característica? Serán ''vehículos inteligentes''. Estas marcas esperan poder lanzar sus coches al mercado gracias a acciones que les han permitido conseguir fondos y financiación. Además, creen que ir más lejos del concepto coche eléctrico o cero emisiones, apostando también por innovar en conectividad y tecnología, les dará ventaja sobre sus competidores. Sin embargo, hay dudas acerca de su capacidad para entregar y producir vehículos a gran escala.

Xpeng Motors espera lanzar al mercado su primer coche a finales del presente año después de haber conseguido más de 1.500 millones de euros procedentes de inversores como Lei Jung, fundador de Xiaomi, o Foxconn, una multinacional que produce productos electrónicos por encargo. La empresa, que además recibe el apoyo del Grupo Alibaba, está valorada ahora mismo en 3.600 millones de dólares y espera recibir de los inversores 3.000 millones más el año que viene.

Por otro lado, NIO es una de las startups más famosas del país y planea conseguir 1.800 millones poniendo parte de su empresa a disposición del mercado público en la bolsa de valores a través de una OPI. Como Xpeng, la lista de inversores de la compañía es larga y destacan nombres como Pony Ma, fundador de Tencent, o Richard Liu, CEO de JD.com

Diferenciarse de la competencia

Mientras muchas empresas y startups buscan el modo de despuntar fabricando vehículos eléctricos, NIO y Xpeng se han centrado en desarrollar coches conectados que incorporan tecnología de inteligencia artificial. El G3 de Xpeng, por ejemplo, es un SUV que recordará la música favorita del conductor, buscará aparcamiento automáticamente y proveerá al usuario de la información meteorológica y del tráfico al momento, siempre que lo requiera. En condiciones apropiadas, incluso podrá aparcar solo. Como Xpeng, NIO apuesta por tecnologías similares que ayuden al conductor a tenerlo todo, incluso sin pedirlo.

Sin embargo, los expertos creen que Xpeng deberá vender grandes cantidades de este coche equipado con alta tecnología para que la empresa genere beneficios. Si las ventas no son a una escala lo suficientemente grande, cada vehículo que se venda generará pérdidas. Los expertos se basan en el ejemplo de la marca más famosa de coches eléctricos, Tesla, para exponer su teoría.

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El ejemplo de Tesla

La producción del Tesla Model 3 ha sido noticia prácticamente cada semana desde que se iniciara en 2017. La empresa de Elon Musk ha fallado en su intento de producir 5.000 unidades semanales a inicios de año, psoponiendo el hito hasta la última semana de junio. El Model 3 se convirtió en el coche que, vendido debidamente, debía generar beneficios por primera vez en la marca. No obstante, al ritmo actual, la compañía ha seguido presentando números rojos.

Los expertos aseguran que las startups chinas pagarán el mismo precio cuando inicien la producción de vehículos destinados al gran público. De hecho, NIO ya se ha encontrado con un revés al no conseguir lanzar el ES8, un SUV de siete plazas, en abril, la fecha prevista inicialmente. Hasta junio no se iniciaron las entregas y, a finales de julio, solo 481 ES8 habían llegado a manos de sus propietarios. El objetivo de alcanzar los 10.000 coches en septiembre se antoja complicado.

¿Cuáles son los problemas?

El principal problema de estas startups es, según las mismas, el control de calidad. Sin embargo, los analistas aseguran que las empresas no tienen unas líneas de montaje lo suficientemente sofisticadas ni las capacidades logísticas necesarias como para crear coches al mismo volumen que las marcas que llevan decenas de años produciendo vehículos. Por si fuera poco, el precio del cobalto, cada vez más alto, hace que mantener un coste bajo en la fabricación de coches eléctricos también sea muy complicado.

Xpeng producirá, en una primera tanda, 6.000 unidades del G3 en una planta de Zhengzhou, propiedad de Haima Automobile. Las instalaciones están totalmente equipadas, ya que allí es donde ya se produjeron las primeras unidades de prueba. Para incrementar la producción, sin embargo, espera tener a mediados de 2019 una nueva fábrica que sea capaz de fabricar 200.000 vehículos al año.

Pese a las previsiones y los peligros, ambas startups quieren arriesgarse y tirar adelante su proyecto de coches conectados para diferenciarse de la competencia, que seguirá creciendo a base de pequeñas empresas motivadas por los incentivos del gobierno para los vehículos cero emisiones.