Stellantis nació en 2021 con el sueño de convertirse en el mayor grupo automovilístico del mundo. La fusión de los grupos FCA y PSA formalizó la creación del cuarto mayor conglomerado industrial del sector. El objetivo de las 14 marcas iniciales era claro: alcanzar y superar a empresas rivales como Toyota o Volkswagen. Para lograr tal fin se puso al frente a Carlos Tavares, una de las figuras más importantes y de mayor peso de la industria. El reinado de Tavares duró casi cuatro años, pero lejos de catapultar a la empresa la ha hundido en un pozo del que ahora su sucesor, Antonio Filosa, intenta repescar desde lo que algunas fuentes reconocen como una “sala de emergencia”.
Ahora, tras el ingreso de Leapmotor en 2023, Stellantis está compuesta por 15 marcas diferentes, pero ninguna de ellas parece encontrarse en su mejor momento. De hecho, algunas corren serio peligro: Lancia, Alfa Romeo, Jeep o Dodge penden de un hilo por su mala estrategia. La imagen de la corporación ha caído por varios problemas serios relacionados con sus motores de combustión, pero lo que más preocupa a los directivos es la falta de una hoja de ruta clara para varias marcas importantes. Algunas de las decisiones más controvertidas de la era Tavares ya han sido revertidas, pero queda mucho por hacer.

Más ventas para mejorar la imagen y las expectativas de la empresa
Tal y como reconocen diversas fuentes relacionadas con la compañía, el nuevo CEO de Stellantis, Antonio Filosa, que tomó las riendas de la compañía a finales del mes de mayo, está priorizando el crecimiento de las ventas sobre las ganancias, lo que incluye recurrir a ventas de flotas con menores márgenes e invertir en modelos asequibles para recuperar participación de mercado en América del Norte y Europa y así volver a encarrilar al fabricante de automóviles. Más coches sin importar qué margen de beneficios dejan a corto plazo.
Stellantis necesita recuperar la senda de ventas positiva. Las mismas fuentes aseguran que Filosa ha lanzado una operación de "sala de emergencias" para arreglar el desastre dejado por su predecesor Carlos Tavares. El responsable portugués buscó altos márgenes mediante una combinación de recortes de costes y aumento de precios que provocaron un éxodo de clientes. Tavares se vio obligado a dimitir tras reducir las ventas americanas en un 15% -fuente principal de ingresos de Stellantis-. Filosa busca aumentar las ventas y los ingresos para levantar las bajas expectativas que los analistas han previsto para la compañía a corto plazo.

Los primeros datos sugieren que su estrategia está empezando a funcionar, ya que las ventas de Stellantis aumentaron un 6% en América del Norte en el tercer trimestre, el primer aumento en ocho trimestres. Los planes tienen como objetivo restablecer la credibilidad ante los clientes, inversores y concesionarios, manteniendo al mismo tiempo en funcionamiento las fábricas de automóviles. Los próximos años se antojan fundamentales para muchas de las marcas del grupo. En cambio, la llegada de la china Leapmotor ha sido un soplo de aire fresco. En poco tiempo los chinos han ganado protagonismo. Pronto empezarán a producir en España y se plantea la posibilidad de lanzar modelos derivados de Leapmotor en marcas como Opel.