Desde el 1 de enero de 2026, la Dirección General de Tráfico (DGT) exige que todos los turismos, autobuses y vehículos de mercancías lleven una baliza V16 conectada, sustituyendo a los tradicionales triángulos de emergencia.
Pero ¿qué ocurre si alguien activa esa baliza sin estar en una situación de peligro real? Según expertos y fuentes legislativas, la respuesta no es sencilla y podría suponer una sanción muy grave.

Los peligros de la baliza V16
La baliza V16 conectada es mucho más que una luz de emergencia. Incorpora una tarjeta SIM y un chip GPS, y está vinculada a la plataforma DGT 3.0, de modo que tiene capacidad para enviar nuestra localización cuando se aplica.
Precisamente por su potencial de alerta real, la DGT ha previsto un período de gracia: los dispositivos homologados disponen de un margen de unos 100 segundos tras encenderla antes de que realmente transmita la señal. Si se apaga antes de que acabe ese tiempo, no se lanzará ninguna alerta oficial. Esto permite comprobar que la luz funciona sin causar falsas alarmas.
Según la legislación actual, el uso indebido de este dispositivo se asimila a una falsa alarma: podría encuadrarse dentro de la Ley de Protección Civil y Emergencias, que sanciona los avisos ficticios o fraudulentos con multas que van de 1.500 € a 30.000 €.
Aunque la DGT no ha especificado cómo se determinará la identidad del responsable tras un falso aviso. Las balizas no están vinculadas permanentemente a un vehículo o un usuario, salvo que lo registres explícitamente en una app. En ese sentido, podrían usarse otros mecanismos, como cámaras de vigilancia en las carreteras, para detectar al infractor.
Consecuencias legales
Más allá de la multa, encender la V16 sin motivo real podría tener implicaciones adicionales:
- Responsabilidad civil: Emitir una señal falsa o sin una emergencia podría generar consecuencias si se deriva gasto o movilización innecesaria de servicios.
- Responsabilidad penal: En un escenario extremo, el uso fraudulento podría considerarse delito si la falsa señal moviliza recursos de emergencia.
- Además, este tipo de incidentes podría socavar la confianza en las balizas conectadas, algo que la DGT precisamente intenta fomentar para mejorar la seguridad vial.
La implantación de la baliza V16 conectada responde a una necesidad de seguridad real. Según la DGT, sustituir los triángulos por una señal luminosa conectada podría reducir atropellos en carretera, ya que evita que los ocupantes del vehículo tengan que salir para colocar dispositivos.

Pero esa ventaja tecnológica no está exenta de riesgos: si se generalizan los falsos avisos, la plataforma DGT 3.0 podría verse desbordada. En España hay más de 30 millones de vehículos matriculados, por lo que aunque solo una fracción de balizas se active por error, el sistema podría colapsar.
Para prevenir sanciones o malos usos, los conductores deben:
- No encender la baliza salvo en una avería o accidente real: usarla “para probarla” debe hacerse con precaución y dentro del margen de 100 segundos.
- Verificar que el modelo esté homologado: solo las balizas certificadas por la DGT son válidas para la transmisión de señal.
- Mantener la baliza operativa: la DGT indica que la autonomía mínima debe cumplir unos estándares, y una baliza sin batería podría fallar cuando realmente haga falta.
Con multas que pueden llegar a los 30.000 €, la normativa deja claro que estas balizas conectadas han de usarse con responsabilidad. En cualquier caso, la posibilidad de apagar el dispositivo antes de que envíe la señal permite a los usuarios comprobar que funciona sin infligir daños al sistema.