Toyota fue la marca más vendida en España en 2024, con 95.614 coches matriculados. Superó con claridad a Volkswagen (66.905) y SEAT (65.299) gracias a su dominio en tecnología híbrida y a una reputación forjada en la fiabilidad.
Pero incluso los coches más valorados pueden acabar antes de tiempo. Es lo que ha ocurridon un Toyota RAV4 de 2021, que ha terminado en el desguace granadino MotoCoche, situado en la Carretera A92-G, tras sufrir un percance grave.
Los operarios explican por qué Toyota es un referente
A simple vista, el coche parece estar en buen estado, pero la realidad es otra: el RAV4 fue inundado. El barro y la suciedad en los bajos y el interior lo delatan. En ese contexto, lo normal sería pensar que la batería híbrida estaría dañada o inutilizable.
Pero aquí llega la sorpresa: el sistema sigue funcionando perfectamente. Según los expertos del desguace, la batería de alto voltaje no solo no ha fallado, sino que demuestra el nivel de seguridad y resistencia de la marca. Y todo eso, después de apenas 40.000 kilómetros.
Por eso, los operarios lo tienen claro: “La razón de esta sorpresa es que el Toyota está tan bien construido y sellado que no ha entrado agua en ninguno de sus componentes”. Esa es la clave por la que el coche sigue funcionando y se mueve como si acabara de salir del concesionario.
Entonces, ¿por qué ha acabado este RAV4 en el desguace? Ante esta pregunta, los trabajadores explican rápido el motivo: “para las compañías de seguros un coche inundando es carne de desguace”. Un final inmerecido para un automóvil que ha resistido a la perfección un percance tan grande como una inundación.
Un coche eléctrico quemado también dio la sorpresa en el desguace
El desguace “MotoCoche” también ha hecho otros análisis interesantes en el pasado, también vinculados a situaciones extraordinarias. Y es que los operarios revisaron un Kia e-Niro que había sufrido un incendio en la parte trasera y lateral, lo que causó gran sorpresa entre el equipo.
A pesar del daño por fuego provocado de forma intencionada, el coche seguía funcionando casi como nuevo. La batería de 64,8 kWh, situada en el piso del vehículo, no sufrió daños a pesar de haber estado expuesta a altas temperaturas, algo evidente por las partes interiores quemadas.