Europa se ha propuesto ser la región del mundo más limpia y medioambientalmente sostenible del planeta. Bruselas ha declarado la guerra a los coches más contaminantes en favor de una electromovilidad que no parece controlar. Aunque Europa cuenta con algunas de las marcas más valiosas, influyentes e importantes de la industria del automóvil, hoy por hoy la atención la centra China. Moritz Schularick, presidente del Instituto Kiel para la Economía Mundial, lanza una dura crítica al plan europeo sobre producción de baterías: “el tren ya ha partido”.
Desde mediados de la década pasada, Europa ha invertido grandes sumas de dinero en atraer y centrar la producción de baterías para vehículos eléctricos. Sin embargo, los planes o han estado mal ejecutados o no han tenido el efecto que se esperaba. China centra más del 70% de la producción de baterías a escala mundial. Cuenta con gigantes todopoderosos como CATL o BYD. Mientras tanto, al otro lado del mundo, la mayor esperanza energética de Europa se descompone en pedazos tras declararse en quiebra.

Europa difícilmente podrá igualar a China, faltan materias primas y mucha inversión
Northvolt era la gran promesa europea. La empresa sueca tenía que haberse convertido en la alternativa a China y a sus gigantes energéticos. Tras recibir cientos de millones de euros en apoyos económicos por parte de Europa, Northvolt se declaró en quiebra el año pasado. Desde entonces la empresa ha sido seccionada y vendida al mejor postor. Las operaciones ya han concluido y se ha quedado sin clientes a los que venderle sus baterías. En cambio, compañías como CATL y BYD anuncian récords de producción y de venta. Muchos fabricantes europeos usan sus baterías.
¿Por qué apostar por una tecnología que no dominas? Esta es la gran pregunta que se plantean muchos europeos y expertos economistas, entre ellos el propio Moritz Schularick. Durante una entrevista, el economista ha declarado que sólo hay dos opciones para que Europa y Estados Unidos recuperen la posición. O invierten masivas cantidades de dinero en subsidios y ayudas directas o aceptan el retraso. Ahora mismo, tal y como parece, Europa parece haber bajado los brazos a pesar de que empresas como Volkswagen están acelerando la producción de sus propias fábricas. La planta de Sagunto empezará a operar el próximo año.

A pesar de ello, nada indica que el Viejo Continente vaya a estrechar la brecha con China, posiblemente todo lo contrario. Cada vez son más las empresas chinas que buscan en Europa espacios donde producir sus baterías. Recientemente, CATL y Stellantis han firmado un acuerdo millonario para crear en Figueruelas (Zaragoza) una línea de producción de baterías LFP de CATL con las que Stellantis espera alimentar a sus coches eléctricos más pequeños y baratos.
Europa se queda atrás en el sector de las baterías para coches eléctricos debido a la falta de una estrategia industrial clara durante mucho tiempo y a que las inversiones comenzaron tarde. Muchos fabricantes europeos se centraron inicialmente en los motores de combustión y subestimaron la velocidad de la transición global hacia la electromovilidad. Además, Europa carece de acceso a materias primas importantes, lo que aumenta su dependencia de las cadenas de suministro asiáticas. El desarrollo de sus propias instalaciones de producción de baterías también comenzó tarde y, hasta la fecha, es significativamente menor, y seguirá siendo menor, que en Asia.