Brasil vuelve a poner el tren bala sobre la mesa con un plan concreto: tener una línea de alta velocidad entre Río de Janeiro y São Paulo operativo en 2032. La Agencia Nacional de Transportes Terrestres (ANTT) del país otorgo en febrero de 2023 a la empresa privada TAV Brasil una autorización por 99 años para proyectar, construir y operar la ruta, después de más de una década de vaivenes. Ahora, parece que el proyecto sí comienza a ser una realidad.
Los números que maneja la compañía dibujan una ruta de 417 kilómetros con cuatro estaciones: terminales en São Paulo y Río, más paradas en São José dos Campos y Volta Redond. De este modo, el objetivo es unir las dos ciudades brasileñas y competir con el avión, en coste y competitividad horaria.

Más datos sobre el proyecto
Este tren bala eléctrico alcanzará unas velocidades de hasta 350 km/h y se prevé que el tiempo completo de la ruta sea de 105 minutos (1 hora y 45 minutos). Además, ya se han publicado estudios del coste de billete, y fuentes cercanas al proyecto aseguran que un billete entre Río de Janeiro y Sao Paulo se situaría por debajo de los 80 euros.
La inversión del proyecto ronda los 9,4 mil millones de euros, según el CEO de TAV Brasil, Bernardo Figueiredo, en una entrevista concedida al medio brasileño Exame. En dicha entrevista, el directivo también explicó que el inicio de las obras previstas en 2027 y la entrada en servicio en 2032.

Por otro lado, Figueiredo aseguró haber negociado con empresas españolas, chinas y árabes para asegurar la financiación y, en paralelo, pidió que el Gobierno brasileño declarara el proyecto como prioritario para acelerar licencias, expropiaciones y financiación. Además, se prevén ingresos inmobiliarios provenientes de desarrollos y explotación comercial vinculados a las estaciones de 4,28 mil millones de euros.
De este modo, el tren bala aspira desbancar al coche y al avión entre aquellos usuarios que quieran moverse entre Río de Janeiro y Sao Paulo. Si se opta por las cuatro ruedas, el tiempo medio es de 5-6 horas, mientras el vuelo tiene una duración de 70-80 minutos, más controles y accesos del aeropuerto. Por ello, se cree que este nuevo proyecto será muy competitivo. De hecho, proyecciones del sector hablan de una demanda potencial de hasta 30 millones de pasajeros al año cuando esté maduro.