Japón es referente de los trenes bala en el mundo. En 1964 inauguraron la primera línea moderna, cuentan con tecnología propia y con una seguridad récord, ya que desde su puesta en marcha nunca ha habido fallecimientos de pasajeros por colisiones o descarrilamientos. De hecho, estos trenes cuentan con diseño y frenado automático ante terremotos.
Ahora, el país nipón está preparando el salto a una nueva generación de tren balas con el Chūō Shinkansen, la línea de levitación magnética superconductora (SCMaglev) que enlazará Tokio, Nagoya y Osaka. En servicio comercial está previsto que opere a 505 km/h, con tiempos objetivo de 40 minutos entre Tokio (Shinagawa) y Nagoya y 67 minutos entre Tokio y Osaka. Aunque eso sí, es tal su complejidad, que está habiendo problemas y retrasos en su desarrollo.

La velocidad comercial prevista está limitada a 505 km/h
El proyecto está en obras, pero la apertura del tramo Tokio–Nagoya ha sufrido un retraso sustancial. La compañía JR Central renunció en marzo de 2024 a la meta de 2027 y explicó que, incluso iniciando de inmediato la obra pendiente, la puesta en servicio sería “como pronto en 2034” por los plazos que requiere el frente crítico en Shizuoka.
La razón principal es que el tramo de Shizuoka del túnel de los Alpes del Sur no ha obtenido luz verde plena durante años por el riesgo percibido de afectar los caudales del río Ōi y sus ecosistemas. La prefectura y el Estado han articulado mesas técnicas con JR Central para definir medidas de devolución de caudales, control de riesgos y seguimiento ambiental. De hecho, varias de esas 28 líneas de trabajo avanzan, pero otras siguen en diálogo, según los informes más recientes.

Más allá del cuello de botella ambiental, el carácter geotécnico del trazado explica la complejidad del proyecto, ya que alrededor del 86% de los 285,6 kilómetros entre Shinagawa y Nagoya discurren por túneles, con radios de curva muy amplios y rampas exigentes de hasta el 40%.
En cuanto a números, el primer tramo (Shinagawa–Nagoya) tiene un presupuesto oficial de 7,04 billones de yenes (40,65 mil millones de euros al cambio) tras la revisión al alza de 2021 (incluye material rodante). Para el corredor completo hasta Osaka, las cifras públicas de referencia sitúan el coste en el entorno por encima de los 9 billones de yenes (52 mil millones de euros), de acuerdo con la documentación oficial

El tren que explotará la línea es la serie L0, que batió el récord mundial con 603 km/h en la pista de pruebas de Yamanashi. No obstante, la velocidad comercial prevista se limita a 505 km/h por criterios de explotación. Esa pista de Yamanashi sigue siendo hoy el banco de ensayos y demostraciones, ya que, por el momento, no hay servicio comercial abierto al público).
En lo eléctrico, el SCMaglev emplea propulsión lineal y levitación por imanes superconductores, con inducción a 33 kV en la vía. No hay contacto rueda-riel, la sustentación y la guía reducen pérdidas mecánicas y permiten los regímenes de crucero planificados, a costa de una infraestructura específica (carril guía, bobinas, alimentación y control) distinta del Shinkansen clásico.