La Dirección General de Tráfico ha puesto en marcha una campaña específica de control de furgonetas coincidiendo con la semana del Black Friday, uno de los momentos de mayor actividad del comercio electrónico. Entre el lunes 24 y el domingo 30 de noviembre, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y las policías locales que se adhieran intensificarán los controles sobre este tipo de vehículos, con el objetivo de mejorar su seguridad vial en un contexto en el que se prevé alcanzar hasta 4,3 millones de envíos diarios de mercancías, la mayoría repartidos precisamente en furgonetas.
Los dispositivos se desplegarán en todo tipo de carreteras, con especial atención a las vías convencionales, que son las que registran un mayor índice de siniestralidad. También se instalarán controles en las inmediaciones de centros comerciales, polígonos industriales y zonas de carga y descarga, es decir, en los puntos donde más se concentran los repartos de última milla.

La DGT aprieta el cerco a las furgonetas de reparto
Según ha explicado el subdirector adjunto de Vehículos de la DGT, Juan José Arriola, en estos controles se revisarán varios aspectos clave, como la velocidad a la que circulan las furgonetas, la documentación del vehículo y del conductor, la correcta colocación y el peso de la carga transportada, la posible presencia de alcohol y/o drogas en el organismo de los conductores y que la ITV esté al día. Se trata de factores de riesgo que, combinados con la presión por cumplir rutas y horarios, incrementan de forma significativa la probabilidad y la gravedad de los siniestros.
Tráfico recuerda que las furgonetas son, ante todo, una herramienta de trabajo para miles de autónomos y empresas. Aunque solo representan el 7,6% del parque nacional, con unos 2,7 millones de vehículos, su peso en la accidentalidad es muy superior: en 2024 estuvieron implicadas en 9.548 siniestros con víctimas, en los que fallecieron 223 personas. Estas cifras suponen prácticamente los mismos siniestros que en 2023 (dos menos), pero un aumento del 71% en el número de fallecidos, un salto que la DGT considera especialmente preocupante.
La DGT y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han creado un grupo específico para estudiar la movilidad y la siniestralidad asociadas al reparto en furgoneta. Ese grupo ha cristalizado en una instrucción interna, publicada el pasado mes de agosto, que ordena las actuaciones en cuatro grandes ejes: movilidad, siniestralidad, comunicación y prevención/planificación operativa.
En paralelo, se ha puesto en marcha el Plan Operativo de Vigilancia y Control de Furgonetas de Reparto, una estrategia integral que agrupa campañas como la de esta semana y que busca reforzar la seguridad con un enfoque preventivo, disuasorio, formativo y coordinado frente a los principales factores de riesgo: excesos de velocidad, consumo de alcohol o drogas, estiba inadecuada de la carga, distracciones al volante y deficiencias técnicas en neumáticos, frenos o iluminación.
Las multas que pueden acarrear los controles
En el plano sancionador, la DGT subraya que en esta campaña no se aplican multas “especiales”, sino el régimen general previsto en la Ley de Tráfico. Esto significa que un conductor de furgoneta que sea detectado cometiendo una infracción se enfrentará a las mismas cuantías que cualquier otro usuario de la vía, pero con mayor probabilidad de ser controlado. Los excesos de velocidad pueden acarrear sanciones de entre 100 y 600 euros, con pérdida de hasta 6 puntos del permiso, en función de los kilómetros por hora en que se supere el límite.

Si lo que se detecta es alcohol por encima de la tasa permitida, las multas habituales oscilan entre 500 y 1.000 euros, con retirada de entre 4 y 6 puntos, incrementándose la gravedad del expediente si se superan determinados umbrales o si el conductor es reincidente. En el caso de la presencia de drogas en el organismo, la sanción administrativa estándar es de 1.000 euros y 6 puntos, y los hechos pueden constituir delito cuando se aprecia una conducción bajo la influencia o especialmente peligrosa.
También se sancionan otros incumplimientos habituales en este tipo de vehículos. Circular con la ITV caducada conlleva normalmente una multa de 200 euros, que puede elevarse hasta los 500 en supuestos de ITV negativa o si se desoye una inmovilización del vehículo. A ello se suman las infracciones por deficiencias técnicas (neumáticos en mal estado, problemas de frenos o iluminación) o por estiba inadecuada de la carga, con sanciones que, en función de la gravedad y el riesgo generado para el resto de usuarios, pueden alcanzar varios cientos de euros y, en algunos casos, la inmovilización de la furgoneta.
En la práctica, advierte Tráfico, encadenar varias de estas infracciones en un mismo control, por ejemplo, exceso de velocidad, ITV caducada y sobrecarga con la mercancía mal sujeta, puede llevar a un profesional del reparto a acumular sanciones de hasta 1.000 euros o más, además de una pérdida significativa de puntos e incluso la posible retirada del permiso en casos de reincidencia o conducción bajo la influencia de alcohol o drogas.

