El futuro de las motos eléctricas de KTM, Husqvarna y Triumph está en manos de este gigante indio de rigurosa actualidad

El fabricante indio, clave en el desarrollo de populares motos que se vende en Europa, prepara una plataforma eléctrica para ser referencia mundial.

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Bajaj trabaja en una base para motos eléctricas sobre la que se asentarían modelos de marcas como KTM y Triumph, entre otras posibles.
21/11/2025 12:00
Actualizado a 21/11/2025 12:00

Bajaj Auto, uno de los actores más influyentes, y a la vez más discretos, de la industria de la moto a nivel mundial, está desarrollando una nueva plataforma de motos eléctricas llamada a marcar un punto de inflexión. Aunque a primera vista pueda parecer “otro anuncio más” en el acelerado mundo de la electrificación, lo cierto es que detrás de Bajaj se esconden algunos de los modelos más exitosos del mercado global.

Para entender la magnitud del movimiento conviene mirar bajo la superficie. Bajaj no solo es uno de los gigantes industriales de la India, sino que además posee una participación mayoritaria en Pierer Mobility, tras formalizarse la compra y adquisición hace unos días, y el renombramiento a Pierer Bajaj AG con el dominio del 74,9% de las acciones. Esto la sitúa detrás de marcas tan relevantes como Husqvarna o GasGas. No es casualidad que motos como las KTM 390 Duke, RC 390 o la 390 Adventure, así como las Husqvarna Svartpilen y Vitpilen 401, compartan ADN técnico con la firma india: todas fueron codesarrolladas con Bajaj y fabricadas en su planta de Chakan, referencia mundial en eficiencia e ingeniería.

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Bajaj se ha hecho con el control de Pierer Mobility, y por tanto de KTM y el resto de marcas.

Pero la influencia del fabricante va aún más lejos. Bajaj también es socio clave de Triumph en el desarrollo y producción de su gama de baja cilindrada. Las recientes Triumph Speed 400 y Scrambler 400 X, dos de los lanzamientos más aplaudidos de los últimos años, nacieron precisamente de esa alianza. Triumph aportó el diseño, Bajaj la ingeniería y la producción industrial. El resultado: motos globales, accesibles y con una calidad que ha sorprendido incluso a los más escépticos.

Con este historial, el anuncio de una plataforma eléctrica propia trasciende lo anecdótico. Bajaj no está experimentando, está construyendo la base técnica que podría definir la próxima generación de motocicletas eléctricas en varios continentes. Según su director ejecutivo, Rakesh Sharma, la compañía trabaja en una estrategia de I+D “muy vigorosa”, pensada tanto para modelos urbanos de entrada como para motos eléctricas de mayores prestaciones. Así ha recogido la información el medio Autocar India.

El proyecto se apoya en la experiencia acumulada tras el renacimiento del Chetak eléctrico, un scooter que se ha convertido en uno de los superventas de la India. La división Chetak Technology Ltd ha aportado un conocimiento clave en gestión de baterías, software y sistemas eléctricos que ahora se canalizará hacia las motos.

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Las Triumph Speed 400 y Scrambler 400 X nacieron de la colaboración con Bajaj.

El contexto tampoco podía ser más propicio. India vive un momento de efervescencia eléctrica con firmas como Ultraviolette, Revolt y Oben empujando fuerte. Royal Enfield ya ha mostrado prototipos avanzados y el mercado, aunque aún pequeño, apunta a un crecimiento explosivo cuando lleguen soluciones más equilibradas en precio, autonomía y rendimiento.

Y ahí entra Bajaj. Una plataforma eléctrica escalable, eficiente y con la solvencia industrial que la marca ha demostrado durante décadas abre la puerta a algo mucho más grande: que KTM, Husqvarna, GasGas e incluso Triumph utilicen esa base para sus futuras motos eléctricas. No sería la primera vez: el ejemplo de la familia KTM 390 o de la gama Triumph 400 demuestra que Bajaj sabe exprimir plataformas comunes para crear productos globales, variados y competitivos.

Si esta nueva arquitectura eléctrica sigue la misma lógica, la electrificación de las dos ruedas podría vivir un salto cualitativo. Más modelos, más opciones, más rangos de precio y, sobre todo, más rendimiento real para un mercado que lo lleva años reclamando.