El fabricante alemán de patinentes y scooters eléctricos Govecs, conocido por producir la reinterpretación moderna de la icónica E-Schwalbe, ha solicitado formalmente la declaración de insolvencia ante el Tribunal de Distrito de Múnich. La decisión marca un punto crítico para la compañía, fundada con la ambición de convertirse en referente europeo de movilidad eléctrica urbana y hoy sumida en una profunda incertidumbre financiera.
El tribunal, bajo el expediente 1542 IN 4079/25, ha designado como administrador concursal provisional al reconocido abogado Michael Jaffé, famoso por su papel en el caso de insolvencia de Wirecard. Su tarea inmediata consiste en asegurar la conservación de los activos de Govecs y evitar que su situación se deteriore aún más mientras se analiza la viabilidad de continuar con la actividad o de proceder a una venta parcial o total de la empresa.
Un potencial proyecto sumido en una crisis financiera

La intervención de Jaffé implica que la dirección de Govecs, encabezada por su CEO, Thomas Grübel, pierde el control directo sobre los recursos financieros de la compañía. A partir de ahora, cualquier movimiento económico requerirá aprobación del administrador concursal, un proceso habitual en este tipo de procedimientos cuyo objetivo es evitar la descapitalización prematura.
La situación afecta especialmente al futuro de la E-Schwalbe, el scooter eléctrico inspirado en el modelo clásico de la antigua Alemania Oriental y fabricado desde 2017. Sus distintas variantes, con diferencias en potencia, autonomía y velocidad máxima, se producen en una filial ubicada en Polonia. Por el momento, no está claro si la línea de producción podrá mantenerse activa ni si hay potenciales compradores interesados en asumir esta parte del negocio.
El trasfondo financiero de la empresa revela que el deterioro no es reciente. Según la información publicada por el medio WirtschaftsWoche, Govecs no divulgó su informe anual de 2022 hasta el 17 de noviembre de 2025, apenas días antes de declararse insolvente. El documento muestra que la empresa atravesaba una situación delicada ya entonces, con los efectos de la pandemia aún impactando su capacidad operativa.
Los problemas económicos comenzaron hace unos años

En 2022, Govecs vendió 2.250 scooters eléctricos, generando una facturación de 7,6 millones de euros pero reportando pérdidas de 12,5 millones. Las interrupciones en la cadena de suministro forzaron incluso la retirada temporal de algunos modelos del mercado. Pese a ello, el informe incluía proyecciones optimistas: anticipaba un aumento de ingresos hasta 21 millones en 2025 y una drástica reducción de pérdidas hasta apenas 177.000 euros.
Sin embargo, la reciente declaración de insolvencia sugiere que estas previsiones no se han materializado. Los auditores de PwC ya habían advertido en aquel informe de “importantes dudas sobre la capacidad de la empresa para continuar con su actividad”, un aviso que hoy cobra pleno sentido.
A la espera del análisis del administrador, la continuidad de Govecs y de su emblemático scooter eléctrico permanece en suspenso. Las próximas semanas serán determinantes para conocer si la compañía encuentra una vía de salvación o cede finalmente al proceso de liquidación.