En un momento en el que las ciudades buscan alternativas más sostenibles al tráfico motorizado, las motos eléctricas ligeras se consolidan como una opción real para sustituir al patinete y al ciclomotor de combustión. En este contexto, la Yadea GFX se perfila como una de las propuestas más interesantes del mercado gracias a su precio asequible, su batería extraíble y un diseño que recuerda al clásico Vespino, pero con la tecnología propia de 2025.
Un ‘Vespino’ eléctrico para la ciudad
Pensada específicamente para la movilidad urbana, la Yadea GFX ofrece una autonomía de hasta 65 kilómetros por carga, suficiente para cubrir desplazamientos cotidianos sin preocuparse de recargas constantes. Equipa un motor eléctrico de poco más de 1.000 vatios (1,4 CV), con una velocidad máxima de 25 kilómetros/hora, por lo que entra en la categoría L1e de ciclomotores eléctricos, limitada a 45 km/h y hasta 5,4 CV. Aunque sus prestaciones no igualan a las de un ciclomotor de gasolina de 50 centímetros cúbicos, resultan más que adecuadas para trayectos urbanos cortos y con tráfico denso. Así lo pudimos comprobar en nuestra prueba durante varios días.

Uno de los puntos fuertes del modelo es su batería extraíble de 1,15 kWh, que puede cargarse cómodamente en casa. BYD asegura que alcanza el 80% de su capacidad en unas cuatro horas y el 100% en poco más de cinco. Con un peso total inferior a 63,5 kilos incluida la batería, la Yadea GFX es ligera y manejable, ideal para usuarios que buscan practicidad y bajos costes de mantenimiento.
Tecnología conectada y seguridad
Lejos de ser un vehículo básico, la Yadea GFX incluye detalles tecnológicos propios de modelos más caros. Dispone de arranque mediante tarjeta NFC y conectividad con app móvil, que permite controlar el estado de la batería, la geolocalización del vehículo, activar sistemas antirrobo e incluso arrancar desde el teléfono. Estas características añaden valor a un ciclomotor que, pese a su bajo precio, no renuncia a la innovación.
Precio y ayudas públicas

El precio de la Yadea GFX en España es de 1.599 euros, pero gracias a las subvenciones de algunas comunidades autónomas, puede quedar muy por debajo de los 1.000 euros. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, las ayudas alcanzan los 700 euros, lo que reduce el coste final a 938 euros, convirtiéndola en una de las motos eléctricas más baratas del mercado. Está disponible en cuatro colores: verde, negro, gris y blanco, para adaptarse a diferentes gustos.
La Yadea GFX se presenta como una opción especialmente atractiva para quienes buscan un medio de transporte económico, sostenible y práctico para moverse por la ciudad. Su diseño sencillo pero actual, combinado con la facilidad de recarga y su precio ajustado, la colocan como una alternativa sólida frente a patinetes, scooters eléctricos más caros y ciclomotores de combustión. Un verdadero “Vespino” del siglo XXI.