El director ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, no tiene dudas. El CEO cree que en "más de 20 años" todos los coches serán autónomos, aunque defiende que esta tecnología deberá someterse a estándares de seguridad más estrictos que los de los humanos. Por ello, "la habilidad para conducir algún día se parecerá mucho a la de montar a caballo", ha afirmado en el pódcast "MD MEETS", en conversación con Mathias Döpfner, CEO de Axel Springer.
"Los humanos podemos fallar y hay mucha menos tolerancia hacia las máquinas para cometer ese tipo de errores, especialmente si esos errores provocan muertes", afirmó Khosrowshahi al explicar por qué los incidentes con conducción autónoma generan tanta cobertura mediática.

La seguridad, clave en el desarrollo de la tecnología autónoma
El ejecutivo también vinculó esa transición a un cambio profundo en la propiedad del automóvil. Si la autonomía se generaliza, la dependencia del coche en propiedad disminuirá y ganará peso el acceso bajo demanda. Según su planteamiento, la mayor exigencia regulatoria y social hacia los sistemas autónomos debería traducirse en mejores indicadores de seguridad frente a la conducción humana.
Khosrowshahi, en el pasado, ya había dicho que la sociedad podría llegar a plantearse si permitir la conducción humana "en vías públicas" cuando la tecnología madure. Las palabras del CEO de Uber llegan en un momento de despliegue gradual de los robotaxis.
Uber ha incorporado Waymo a su aplicación en algunas ciudades estadounidenses. En Austin (Texas), desde marzo, los usuarios pueden ser emparejados con un Waymo que se solicita directamente desde Uber; el acuerdo incluye que Uber gestione limpieza, mantenimiento y carga, mientras Waymo mantiene la tecnología y la asistencia en carretera. En Atlanta, la disponibilidad también llega a través de Uber.
En paralelo, Tesla persigue su propio servicio de robotaxi. Este verano, Elon Musk situó "tentativamente" el arranque en Austin para el 22 de junio y, semanas después, habló de llevarlo al Área de la Bahía si obtenía permisos en California. Por ahora, los pilotos han sido limitados y con fuerte supervisión y control regulatorio.

La conducción autónoma avanza, pero lo hace bajo una vigilancia regulatoria cada vez más estricta. En septiembre, un jurado de Florida consideró parcialmente responsable a Tesla por un siniestro mortal de 2019 en el que falleció una joven de 22 años y fijó una indemnización superior a 242 millones de dólares (unos 209 millones de euros), pero la compañía ha impugnado el veredicto.
La opinión de Khosrowshahi aviva el debato sobre la tecnología autónoma. Si los sistemas son sistemáticamente que las personas, "¿deberíamos permitir que los humanos conduzcan en la vía pública?", se preguntó. La respuesta, advierte, marcará cómo, cuándo y bajo qué reglas se materializa el futuro que anticipa.
