Barcelona pone en marcha autobuses con cámaras para cazar a los conductores que cometan estas infracciones

Los primeros buses con cámaras inteligentes detectan más de 2.500 ocupaciones indebidas del carril bus en su primer mes de funcionamiento.

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Los primeros buses con cámaras e IA ya detectan invasiones del carril bus y paradas indebidas; el Ayuntamiento estudia ampliarlo a toda la red.
08/11/2025 21:28
Actualizado a 08/11/2025 21:32

El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado una prueba piloto que incorpora sistemas de inteligencia artificial (IA) en autobuses urbanos con el objetivo de detectar incidencias en el carril bus y mejorar la velocidad comercial de la red. Según datos facilitados por el consistorio, los vehículos equipados han registrado más de 2.500 ocupaciones indebidas durante su primer mes de funcionamiento.

La iniciativa se desarrolla en cuatro unidades de las líneas H12 y D20 de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), donde se han instalado cámaras frontales conectadas a un software capaz de identificar obstáculos que afectan al transporte público, como vehículos detenidos en paradas, coches estacionados en doble fila o invasiones del carril reservado.

Un sistema que analiza el entorno pero sin sanciones automáticas

El Ayuntamiento ha precisado que el sistema se encuentra en fase de prueba y que las imágenes captadas no se emplean para imponer sanciones, sino para elaborar informes operativos sobre los puntos más conflictivos de la ciudad. El funcionamiento incluye análisis en tiempo real, pero no la identificación de matrículas ni personas, ya que el objetivo es clasificar el tipo de obstrucción y su impacto en la circulación.

Paralelamente, la Guardia Urbana mantiene activa una campaña específica para reforzar la prioridad del transporte público mediante controles presenciales en carriles reservados, paradas y zonas de acceso restringido. Esta campaña se ejecuta de forma independiente al sistema de IA embarcada.

Según el consistorio, la combinación de ambas actuaciones busca reducir las incidencias que ralentizan la red y permitir que los autobuses mantengan tiempos más estables en corredores con alta demanda. La información obtenida servirá para valorar una eventual ampliación del proyecto a otras líneas y para definir futuras fases tecnológicas.

Fuentes municipales señalan que, una vez analizados los resultados, se estudiará si el sistema puede integrarse en mecanismos de supervisión más avanzados, siempre en el marco legal vigente y con revisión humana. La prioridad, subrayan, es garantizar que los carriles reservados mantengan la función para la que fueron diseñados y evitar que un vehículo privado pueda afectar al servicio que utilizan miles de pasajeros cada día.

El consistorio prevé publicar nuevos datos una vez concluida la fase de pruebas, que permitirá determinar si la tecnología utilizada contribuye de forma significativa a la mejora de la movilidad y si resulta viable extenderla al conjunto de la red de autobuses de Barcelona.