Bristow Norway completó por primera vez la ruta Stavanger–Bergen con un avión 100% eléctrico, el BETA ALIA CX300, dentro del proyecto “test arena” noruego para aviación de cero y bajas emisiones. Este se trata de un programa oficial del país que está convirtiendo el país en un banco de pruebas internacional para aviación de cero y bajas emisiones.
Por otro lado, dicho proyecto noruego sirve como ventanilla única y un proceso conjunto para pasar de la idea a la demostración operacional, con el objetivo de acelerar la implantación y llegar a una aviación libre de combustibles fósiles en 2050.

Así ha sido el vuelo del Beta Alia CX300 en Noruega
El vuelo, realizado para simular un servicio de carga, forma parte del programa oficial impulsado por Avinor y la Autoridad de Aviación Civil de Noruega (CAA Norway). Según la CAA, el ALIA despegó de Stavanger a las 11:00 y aterrizó en Bergen 55 minutos después. La distancia entre ambas ciudades es de aproximadamente 160 kilómetros, muy por debajo de la autonomía objetivo de 400 kilómetros que maneja el proyecto para este modelo.
El aparato es monomotor, está concebido para operación con un piloto y ofrece una capacidad de pago útil de 562 kilogramos (equivalente a cinco pasajeros). En operación típica vuela entre 115 y 145 nudos, entre 210 y 270 km/h.
“Stavanger–Bergen es una ruta muy utilizada en la aviación convencional. Simular una misión de carga en todo el trayecto es un primer paso simbólico para varios meses de recolección de datos”, señaló Dave Stepanek, vicepresidente ejecutivo de Bristow. Desde BETA, Shawn Hall destacó que esta fase es “crítica” para capturar datos reales sobre la operación de aeronaves eléctricas en el paisaje noruego.
El hito llega tras el arranque de operaciones del programa a comienzos de agosto, cuando Bristow voló por primera vez el ALIA en Stavanger. De hecho, las primeras rutas previstas ya contemplaban la conexión Stavanger–Bergen y vuelos regulares mientras dure el proyecto.
¿Cuántos euros costó realizar el vuelo?
En términos de costes energéticos, el fabricante sitúa el gasto eléctrico del CX300 en 18 dólares por hora. Aplicado a un vuelo de 55 minutos, el tramo equivale a unos 16,5 dólares, es decir, aproximadamente unos 15 euros al cambio. Una estimación de referencia que no incluye amortización de baterías, tasas, mantenimiento o personal.

El ALIA CX300 es un CTOL (despegue y aterrizaje convencionales) con un motor eléctrico H500A y hélice propulsora. BETA ofrece su cargador Charge Cube, que permite recargas en torno a 50 minutos, pieza clave para la operación regional de corta distancia.
Como referencia previa del bajo coste energético, en junio el ALIA voló con cuatro pasajeros desde East Hampton hasta el aeropuerto JFK (Nueva York). Recorrió unos 133 kilómetros y consumió electricidad por valor de 7 euros, según comunicó la compañía.