La bicicleta eléctrica se ha convertido en la puerta de entrada al ciclismo para miles de personas que llevaban décadas sin subirse a un sillín. Mientras el mercado español de la bici se estabiliza tras los picos de 2020–2022, las e-bikes consolidan el liderazgo en facturación y tiran del sector con perfiles que antes no pedalearon en la vida adulta.
Los últimos datos de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE) dibujan un 2024 de ajuste: 1,10 millones de unidades vendidas (-12,8% interanual) y 2.315 millones de euros de facturación (-6,5%). Aun así, la bici eléctrica mantuvo el impulso y fue, un año más, la categoría que más ingresos genera: 45,7% de la venta de bicicletas en valor pese a representar un 17,4% de las unidades. El precio medio del mercado subió un 4,6% hasta 1.167 euros, empujado precisamente por las e-bikes.

Tienen tirón en España y en Europa
El tirón no es solo comercial. Encuestas europeas sugieren que la asistencia eléctrica atrae a públicos alejados del ciclismo. En el informe “State of the Nation” de Shimano, con más de 15.000 encuestados en 12 países, parte de los potenciales usuarios de e-bike reconocen que hoy no utiliza bicicleta convencional, y apuntan a la e-bike como vía para empezar o volver a montar. Los principales motivos son el ahorro de dinero y la eficiencia en los desplazamientos.
Por otro lado, la evidencia académica muestra que, cuando se prueba una e-bike, se pedalea más y a más destinos. Un programa de la Universidad de Portland (EE. UU.) que cedió e-bikes durante 10 semanas a trabajadores sanitarios halló aumentos claros en frecuencia y confianza al circular, reduciendo barreras clásicas como cuestas, distancia o condición física. Aunque se trata de un estudio norteamericano, sus conclusiones ayudan a explicar por qué tantas personas “reenganchadas” en España eligen pedaleo asistido.
En paralelo, Europa confirma la tendencia en los últimos años. Por ejemplo, con la venta de 5,1 millones de e-bikes vendidas en la UE+Reino Unido en 2023 y un volumen de negocio sectorial de 19.300 millones de euros, según la patronal europea CONEBI. Tras el “sobrecalentamiento” poscovid de 2022, el mercado se normaliza, pero con la eléctrica ganando peso relativo. España, por su parte, resiste mejor en producción (309.900 bicicletas fabricadas en 2024, +2,9% interanual), un raro dato positivo frente a otros países.
En España y el resto de la UE, las EPAC o pedelec, con motor de hasta 250 W y asistencia que corta a 25 km/h, son legalmente bicicletas, ya que no requieren matrícula, permiso ni seguro obligatorio, y se rigen por las normas de la bici convencional. Las “speed pedelec” (hasta 45 km/h) se consideran ciclomotores. Para circular, la DGT recuerda que el casco es obligatorio en vías interurbanas (y en ciudad para menores de 16 años), recomendado en zona urbana para adultos.

Ayudas de hasta 400 euros
Otro factor clave en España han sido los incentivos regionales. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, mantiene en 2025 ayudas a la compra de bicicletas con pedaleo asistido (Plan Mueve Madrid) y, a nivel municipal, el plan Cambia 360 concede hasta 400 euros por una e-bike homologada. Este empujón económico, unido a la bajada de precios tras la sobreoferta post-pandemia, ha animado a perfiles primerizos o retornados a dar el salto. Hay más comunidades autónomas con ayudas, como Galicia, con hasta 700 euros, Navarra, con descuentos de hasta 1.500 euros, o las Islas Baleares, con hasta 400 euros.
Mientras, la seguridad es otro factor a tener en cuenta. Entre 2024 y 2025, la DGT advierte que el 79% de los fallecidos en siniestros urbanos son usuarios vulnerables (peatones, motoristas, ciclistas y VMP). El despliegue de redes ciclistas seguras y aparcabicis antirrobo es, según expertos y asociaciones, el siguiente paso para consolidar la adopción entre quienes empiezan.
Mirando adelante, el sector confía en que la e-bike mantenga el ‘tirón’ y reciba mejoras, como una tecnología más intuitiva y una oferta más amplia, que faciliean que el ciudadano que no pedaleaba desde la infancia encuentre una opción a su medida. Si las administraciones acompañan con carriles protegidos y ayudas estables, el lema que repiten los fabricantes cobra sentido: “No es nostalgia, es futuro”.