No todas las suspensiones traseras de las bicicletas eléctricas son iguales: estas son las diferencias

Analizamos exhaustivamente los tres sistemas de suspensión que se emplean en las bicicletas de eléctricas de montaña, resaltando las diferencias más importantes entre ellas.

La mayoría de las suspensiones traseras de las bicis eléctricas utiliza uno de estos tres sistemas.
La mayoría de las suspensiones traseras de las bicis eléctricas utiliza uno de estos tres sistemas.
31/03/2024 07:30
Actualizado a 31/03/2024 12:41

En bicicletas eléctricas de doble suspensión es muy habitual encontrarnos los sistemas que a continuación vamos a repasar. Aunque cada marca habla de una configuración o un sistema propio el cual da lugar a numerosas denominaciones, al final la inmensa mayoría están basados sobre los 3 sistemas principales: monopivote articulado, monopivote articulado con varios puntos de giro y los flotantes (que están basados en los dos anteriores).

De todas formas, es importante, antes de empezar a detallar cada uno, que conozcamos ciertos aspectos fundamentales de las suspensiones traseras que las hacen diferentes de las horquillas de suspensión delanteras.

Conceptos básicos a tener en cuenta en un sistema de suspensión trasera

  • El recorrido total de la suspensión trasera no es el mismo que el del amortiguador: un sistema, gracias a la complejidad del diseño y la actuación del mismo, transforma el recorrido del amortiguador (que se llama carrera) en el total que se otorga a la rueda trasera. En los sistemas de bicicletas, siempre será más el recorrido que se lleva a la rueda que el que se extrae del amortiguador. Esta relación es denominada ratio. Si, por ejemplo, el amortiguador se comprime 10 mm y eso se traduce en un recorrido de la rueda de 20 mm, la ratio será de 2:1. Esta ratio no tiene por qué ser constante en un sistema, ya que, dependiendo el comportamiento que se le haya pretendido dar, puede variar a lo largo del recorrido del mismo.
  • Tanto la carrera del amortiguador como la longitud del mismo (dimensiones entre los ojos del amortiguador) vienen indicadas en el propio cuerpo (en milímetros) y, por supuesto, en los datos técnicos del fabricante. Las dimensiones de la longitud se muestran en milímetros, siendo hoy en día las más habituales las que responden al sistema métrico (son medidas exactas, tales como 145, 165, 185, 190, 205 mm…) Pero aún nos encontramos con otras longitudes derivadas de la equivalencia en pulgadas que era habitual hace unos años y que algunas marcas las siguen utilizando (152, 165, 184, 190, 200, 216 mm).
  • Aunque a día de hoy son una gran mayoría los amortiguadores que utilizan el aire como elemento de compresión, también podemos encontrarlos con muelles que hagan dicha función (suelen ser más sensibles de funcionamiento, aunque más pesados). En este caso, se añade otro dato: la constante elástica K (libras de presión necesarias para comprimir un amortiguador una pulgada de recorrido) y, por otro lado, la longitud a la que puede comprimirse el muelle (no coincide con el recorrido del amortiguador). Por ejemplo, si vemos la inscripción 400 x 2.75 significa que necesitaremos 400 libras de presión para comprimir 1 pulgada y que este muelle puede comprimirse un total de 2.75 pulgadas.

Esquemas de suspensión más habituales

Sistema de monopivote articulado con el amortiguador vertical (Foto Orbea)
Sistema de monopivote articulado con el amortiguador vertical

1. Monopivote articulado

Este sistema incorpora un basculante (o triángulo) de una pieza, que va anclado mediante un pivote o punto de giro al triángulo principal y que comprime un amortiguador. Este se puede colocar de manera vertical u horizontal, dependiendo del comportamiento que se pretenda dar al sistema.

A favor de los amortiguadores verticales está el hecho de que el peso del conjunto se ubica al lado del eje del pedalier, supuestamente el punto que, más o menos, corresponde con el centro de gravedad, lo que hace que el manejo de la bicicleta sea óptimo. A favor de los amortiguadores horizontales (o paralelos al tubo superior) está la más directa transmisión de la fuerza llegada del sistema y que permite más fácilmente la incorporación de uno o dos bidones en el propio cuadro (deja más espacio).

La denominación de monopivote articulado viene porque existe una articulación (bieleta) entre los tirantes del triángulo y el amortiguador. Este sistema se está aprovechando de las virtudes de la fibra de carbono: su flexión controlada ayuda a que el comportamiento de este sistema se adecúe de mejor manera a los diversos escenarios.

Monopivote articulado con amortiguador en posición paralelo al tubo superior (foto Orbea)
Monopivote articulado con amortiguador en posición paralelo al tubo superior
  • Ventajas: la mayor simplicidad de estos sistemas hace que, por un lado, el peso en comparación a otros más complejos sea menor y, por otro lado, el mantenimiento se simplifique, así como el coste de realizarlo.
  • Desventajas: Aunque con la evolución sufrida por la fibra de carbono que permite que diversas partes (como vainas o tirantes) puedan flexionar y, en consecuencia, otorgar un comportamiento más sensible, su esquema no permite tantas posibilidades como otros (los monopivotes con puntos de giro o los flotantes de los que hablaremos a continuación) que permiten a la rueda describir diferentes arcos para ofrecer un comportamiento más personalizado a cada situación.
Monopivote articulado con punto de giro entre la vaina y el tirante (foto Canyon)
Monopivote articulado con punto de giro entre la vaina y el tirante

2. Monopivote articulado con puntos de giro en vainas, tirantes o en el propio eje de la rueda

Este esquema da como resultado los que han venido a llamar sistemas de 4 barras (Four-Bar System) o de 6 barras (Six-Bar System). ¿Por qué? Si introducimos un punto de giro en la vaina o en el tirante o concéntrico con el propio eje de la rueda (lo que otorga una progresividad diferente al sistema y permite personalizar aún más su comportamiento), el basculante se divide en diferentes piezas, concretamente cuatro: dos tirantes y dos vainas).

Si introducimos otros dos puntos más (que, generalmente, suele ser incorporando una bieleta entre el basculante y el triángulo principal u otros dos tirantes independientes que unen el eje del basculante con la bieleta superior), conseguimos aumentar el número de elementos a seis.

En este ejemplo el punto de giro del triángulo es concéntrico con el eje de la rueda (foto Trek)
En este ejemplo el punto de giro del triángulo es concéntrico con el eje de la rueda

Estos sistemas son muy usados en triángulos traseros realizados en aluminio ya que este material no posee las propiedades a la hora de flexionarse como sí le pasa al carbono, aunque también se encuentra en triángulos realizados en fibra de carbono. Generalmente, se utilizan para esquemas de suspensión con grandes recorridos.

  • Ventajas: El aumento de partes móviles permite a los fabricantes ofrecer un comportamiento más preciso que en los monopivotes más simples: la progresividad se puede personalizar de mejor manera, ofreciendo, en teoría, un mejor comportamiento, sobre todo si el recorrido de la suspensión es amplio.
  • Desventajas: Mayores piezas (se incorporan más puntos de giro, lo que supone que haya más rodamientos) lo que hace que el mantenimiento se encarezca con respecto a los monopivote articulados.
Sistema donde el amortiguador se ancla de manera flotante por abajo (foto TREK)
Sistema donde el amortiguador se ancla de manera flotante por abajo

3. Sistemas Flotantes

Dentro de los sistemas anteriores, los flotantes tratan de perfeccionar aún más el funcionamiento del sistema de suspensión. En el caso del Six-Bar hemos dicho que una manera sería introduciendo dicha flotabilidad mediante una bieleta entre el triángulo principal y el basculante.

Ese principio es aplicable a cualquier otro sistema (un monopivote articulado simplemente o un Four-Bar): esa pieza hace que el basculante flote con respecto al triángulo, lo que permite a la rueda describir trayectorias muy diversas cuando se comprime, lo que hace que el comportamiento de la suspensión sea el adecuado para cada situación que se dé en la conducción. Estos sistemas flotantes tienen la particularidad de extraer mucho recorrido a los amortiguadores.

Una manera diferente de dotar de flotabilidad a un sistema es manteniendo el punto de anclaje al cuadro fijo, pero haciendo que el punto que habitualmente es fijo del amortiguador pase a ser flotante: diríamos que estamos ante un amortiguador flotante. No son muchos, pero también hay casos (concretamente el Zero System de Mondraker) donde tanto el basculante como el amortiguador son flotantes.

  • Ventajas: estos sistemas flotantes tienen un gran comportamiento cuando se trata de pedalear fuerte, separando fielmente la compresión que se produce al pedalear (se mantienen muy firmes) con la necesaria para amortiguar. Extraen mucho recorrido de los amortiguadores y, en ocasiones dan la sensación de tener más recorrido del anunciado
  • Desventajas: como con los monopivote articulados, el coste de mantenimiento es mayor al poseer más pivotes (rodamientos) y partes móviles. Eso también supone que se puedan producir, con el tiempo (y falta de mantenimiento), más ruidos y/o crujidos.
Sisteam Six-Baur System son dos tirantes superiores dos vainas y dos tirantes intermedios (foto Yeti Cycles)
Sisteam Six-Baur System son dos tirantes superiores dos vainas y dos tirantes intermedios

Conclusiones

En definitiva, cada sistema tiene sus ventajas y desventajas por lo que cada fabricante utiliza uno u otro en función de sus preferencias. Pero, según nuestra experiencia, cualquier sistema rinde a día de hoy a un alto nivel y son las pequeñas diferencias de matiz (o de mantenimiento, eso sí) las que puedan hacer que nos decantemos por alguno.

Sobre la firma
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José Escotto

Redactor y probador de Híbridos y Eléctricos. Cubre información de las últimas novedades sobre ciclismo y bicicletas eléctricas.