Luces y sombras del Semi, el camión eléctrico de Tesla: las opiniones de los camioneros que ya lo han conducido

Los conductores que han probado el Tesla Semi resaltan su maniobrabilidad y potencia, pero también tienen algunas críticas sobre su cabina y sobre la autonomía real y los tiempos de carga.

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Los camioneros opinan sobre el Tesla Semi, el camión eléctrico que llega para cambiar el transporte pesado.
16/09/2025 15:45
Actualizado a 16/09/2025 15:45

Kenworth se adelantó a su tiempo en 1933 al convertirse en el primer fabricante estadounidense de camiones en homologar motores diésel para toda su gama. Casi cien años después, la llegada del camión eléctrico ha supuesto un salto tecnológico comparable: el semirremolque eléctrico de Tesla aterrizó finalmente en manos de conductores con décadas de kilómetros a sus espaldas.

Que su puesta en servicio se haya demorado tanto no es casualidad; el Semi no es una mera alternativa al diésel, sino una arquitectura de propulsión distinta que exige replantear hábitos, mantenimiento y logística. Pese a esa ruptura con la tradición mecánica, muchos camioneros que han probado el vehículo transmiten sensaciones positivas: valoran sobre todo aspectos relacionados con la conducción y el confort pero plantean reservas sobre su integración operativa.

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La autonomía y la velocidad de carga no siempre cumplen lo prometido por Tesla.

Las opiniones de los que más saben de camiones

Tesla ha logrado que su tráiler eléctrico provoque admiración entre conductores veteranos y debates entre gestores de flota. Los primeros testimonios recopilados en entrevistas y pruebas muestran que muchos camioneros valoran aspectos tangibles. Entre ellas, una mejor capacidad de giro que facilita la circulación urbana y una entrega de potencia comparable a la del diésel, junto a ayudas de navegación y un conjunto de cámaras exteriores que, según varios profesionales, apoyan la operación diaria.

Estas reacciones positivas surgieron, entre otras fuentes, en informaciones publicadas por la North American Council for Freight Efficiency (NACFE), una organización que reúne a flotas, fabricantes, proveedores y entidades de apoyo para impulsar tecnologías, servicios y prácticas logísticas eficientes, rentables y medioambientalmente beneficiosas.

No obstante, la experiencia práctica sacó a la luz otras preocupaciones que también se pueden considerar recurrentes. Tesla anuncia que el Semi puede alcanzar hasta 500 millas (800 km) con una carga completa y recuperar el 70% de su autonomía en media hora con cargadores de alta potencia

Sin embargo, los conductores advierten que variables como el viento lateral o las condiciones meteorológicas pueden reducir drásticamente ese rango operativo, obligando a paradas de recarga no previstas. Del mismo modo, los tiempos de inmovilización por recarga, aunque en teoría sean cortos, plantean un problema económico: muchos camioneros no perciben salario por las horas de carga, de modo que esos periodos pueden deteriorar sus ingresos si no se reorganiza la cadena de trabajo.

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El puesto de conducción del Tesla Semi, con el asiento en el centro, es parte de la polémica.

Otro punto de fricción es el diseño interior: la configuración central del puesto de conducción, que una de las señas de identidad del Semi. Cuenta con partidarios por su ergonomía y visión simétrica, pero también con algunas críticas, por reticencias en cuanto a su practicidad, especialmente en maniobras de marcha atrás o al entregar documentación en puestos de control diseñados para ventanas laterales.

La posición central hace menos inmediata la interacción con personal de muelles y obliga a movimientos adicionales o a apoyarse más en sistemas de video y retrovisores. Estas circunstancias ilustran la necesidad de adaptar procesos logísticos y estaciones de trabajo a una ergonomía diferente.

Las objeciones técnicas y operativas van acompañadas de dudas sobre la infraestructura. Que el Semi sea capaz de cargas ultrarrápidas depende de una red de mega estaciones de carga eficiente y bien distribuida; sin esa red, las ventajas anunciadas se erosionan.

Desde la perspectiva de las flotas, la adopción masiva exige un replanteamiento del calendario de rutas, zonas de descanso y modelos de remuneración para incorporar tiempos de recarga sin penalizar a los conductores. En este sentido, las pruebas piloto y las colaboraciones entre fabricantes, operadores logísticos y autoridades regulatorias resultan clave para ajustar la transición.

Pese a las reservas, los testimonios no ocultan la promesa técnica del camión eléctrico: menor mantenimiento por ausencia de motor de combustión, reducción de emisiones en ruta y una conducción sensiblemente más silenciosa.

Para empresas con rutas fijas y logística controlada, donde la ubicación de estaciones de carga puede planificarse con antelación, el Semi ofrece una oportunidad de reducción de costes operativos a medio y largo plazo. Sin embargo, el balance final dependerá de factores que trascienden al propio vehículo: precio de la electricidad frente al diésel, disponibilidad de infraestructura y adaptación de la normativa laboral y de transporte a la nueva realidad eléctrica.