35.000.000 €, Carlos Tavares defiende la indemnización que recibió al salir de Stellantis: “Ser jefe es extremadamente arriesgado”

Carlos Tavares reaparece: explica su salida de Stellantis y la multimillonaria indemnización que cobró, lanza dardos a Bruselas y opina sobre los aranceles a China.

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Tavares justifica su indemnización: "Ser jefe es extremadamente arriesgado".
18/10/2025 13:45
Actualizado a 18/10/2025 13:45

Después de su sonada salida de Stellantis a finales de 2024, Carlos Tavares, uno de los ejecutivos más influyentes del sector, desapareció del foco público. En este tiempo se ha dedicado a producir vino, restaurar clásicos, competir en carreras y gestionar cinco hoteles, además de planear inversiones en la aerolínea Azores y en el circuito de Estoril, donde Ayrton Senna logró su primera victoria en F1 en 1985.

Ahora regresa con Un piloto en la tempestad, libro que se publicará el 23 de octubre. Con motivo del lanzamiento, el ex CEO ha concedido una entrevista a Le Point en la que habla sin rodeos de su etapa y controvertida salida de Stellantis, de la indemnización millonaria que recibió, de los aranceles a China y de lo que considera errores de la Unión Europea al imponer el coche eléctrico.

Carlos Tavares
Tavares se mantiene y defiende acelerar el coche eléctrico “por sus nietos”.

Una multimillonaria indemnización

En la entrevista Tavares no se esconde ni al ser preguntado por la elevada indemnización que recibió al salir de Stellantis: unos 35 millones de euros. “Es el cumplimiento de un contrato. Ser jefe es un trabajo extremadamente arriesgado. ¿Por qué aceptamos que un futbolista gane 100 millones y no que un jefe reciba 20?”, se pregunta.

El medio desglosa la multimillonaria indemnización de la siguiente manera: 2 millones de euros como indemnización por despido (equivalente a un año de salario fijo); aproximadamente 10 millones en primas de rendimiento (entre ellas, por la rápida puesta en marcha de una plataforma de producción de coches eléctricos); y 23 millones correspondientes a 2024: 2 millones de salario fijo, 20,5 millones en variables y 500.000 euros en prestaciones de jubilación.

Su salida de Stellantis se gestionó por teléfono y en 48 horas

Tavares no se esconde y asegura que Stellantis atravesaba un momento crítico: o se frenaba el coche eléctrico “como todos”, con lamentos y excusas, o se aprovechaba la ralentización para acelerar y liderar la carrera del eléctrico con un plan estratégico ya validado. Él eligió el segundo, aunque asegura que parte del consejo “prefería dar largas”.

El desenlace, dice, llegó una noche de diciembre desde el propio Estoril: John Elkann, presidente de Stellantis, le comunicó que había perdido la confianza en él. “Estaba para ejecutar un plan validado y me dijeron: “hay que esperar y volver a la casilla de salida”, asegura.

A su juicio, él se mantiene férreo a este plan, ya que asegura que el inmovilismo chocaba con una urgencia mayor: el clima. Con 46 grados centígrados en verano en Portugal y 220.000 hectáreas calcinadas por el fuego, Tavares defiende acelerar el coche eléctrico “por sus nietos”. La separación se negoció en 48 horas y se anunció al final de ese mismo fin de semana. “Asumo toda la responsabilidad; era el jefe, para bien o para mal. Habrá cosas que no hice bien; espero haber acertado el 80%. No me voy a autoflagelar”, explica.

Más allá del caso Stellantis, Tavares habla del sector del automóvil como “extremadamente violento”, cada vez más condicionado por los aranceles, las regulaciones y las tensiones geopolíticas. Además, añade que muchos talentos, al sentir que ya no pueden marcar diferencias, abandonarán la industria y que los inversores a largo plazo les seguirán, abriendo la puerta a una “consolidación brutal y feroz”.

John Elkann ha dejado claro los dos frentes que la compañía tiene abiertos.
John Elkann fue el encargado de comunicar su salida a Tavares de Stellantis.

Su dardo más político se dirige a Bruselas

Tavares considera que, tras el Dieselgate, la Comisión Europea se “vengó” de toda la industria y que actuó con “dogmatismo” sin escuchar a los fabricantes. El portugués plantea una alternativa: prohibiciones por etapas en función del CO2 y un despliegue eléctrico gradual que diera tiempo a ingenieros y mercado. A su juicio, el enfoque adoptado forzó a unos fabricantes europeos “no preparados”, abrió la puerta a los chinos, “ya dueños de la tecnología” y costó 50.000 millones en una carrera por ponerse al día: “Un desperdicio”, asegura.

Extiende la crítica al marco político: “No puedo trabajar si Europa no tiene dirección”, afirma, porque la ausencia de rumbo deriva en una “guerra de soberanía” entre Bruselas y los Estados con la sobrerregulación como arma. Cita el Brexit y el auge de líderes iliberales como resultado de esa deriva.

john elkann carlos tavares
Carlos Tavares fue CEO de Stellantis desde 2014 hasta su salida en 2024.

Sobre los aranceles a China, sentencia: “son una tirita en una pierna de madera”. Con ensamblaje en Europa y proveedores pidiendo piezas locales, los chinos acabarán produciendo “a precios europeos” y Europa, dice, “habrá vuelto china” su industria. Sobre el acuerdo Stellantis–Leapmotor, desliza una hipótesis: “si Stellantis quiebra, podrían recomprarla”.

Por último, Tavares concluye su entrevista con un diagnóstico sombrío de Francia. Duda de que el país pueda reformarse sin violencia y alerta de dos salidas malas: la pobreza, que va ligado a dejar de crear riqueza, menos IVA e impuestos, o el enfrentamiento civil entre quienes quieren progresar y quienes se oponen al cambio. Al presidente Emmanuel Macron le niega la reindustrialización: defiende que Francia debía haber explotado su ventaja energética nuclear en lugar de adoptar precios europeos y carga contra la “burocracia que asfixia” a las empresas.