40.000 compradores en espera y 300.000.000 € pendientes de pago: la falta de presupuesto ahoga al Plan Moves III

Las ayudas al coche eléctrico se atascan: más de 40.000 expedientes y unos 300 millones siguen en lista de espera mientras el Moves III apura su plazo y el sector reclama certezas.

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Este escenario refleja las debilidades del actual sistema de subvenciones en España.
28/11/2025 18:30
Actualizado a 28/11/2025 18:30

La falta de presupuesto del Plan Moves III ha dejado en el aire el cobro de las ayudas para más de 40.000 compradores de coches eléctricos en España, según cálculos del sector automovilístico. El importe pendiente de pago rondaría los 300 millones de euros, una cifra que refleja tanto el tirón de la movilidad electrificada en 2025 como las debilidades del actual sistema de subvenciones.

El Moves III se aprobó en primavera con una dotación adicional de 400 millones de euros, aplicable con carácter retroactivo a las compras realizadas desde el 2 de enero de 2025 y con vigencia hasta el 31 de diciembre de este año. La gestión recae en el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), y el reparto de fondos entre comunidades autónomas se hace en función de la población, no de dónde se concentra realmente la demanda de vehículos eléctricos.

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La Comunidad de Madrid agotó los fondos en julio y Cataluña los terminó en septiembre.

El mercado eléctrico se dispara, pero las ayudas se atascan

Ese criterio ha provocado que los dos mayores mercados, Madrid y Cataluña, consumieran sus partidas mucho antes que otras regiones: la Comunidad de Madrid agotó los fondos en julio y Cataluña los terminó en septiembre. Hoy, al menos diez comunidades autónomas ya han cerrado sus convocatorias por falta de presupuesto. Sin embargo, mientras el Moves III siga formalmente en vigor hasta el 31 de diciembre, los compradores pueden seguir solicitando la ayuda, pero sólo pasan a engrosar una lista de espera sin garantía de cobro si no hay ampliación presupuestaria.

El atasco se produce en un momento de fuerte crecimiento del mercado electrificado. Sumando vehículos eléctricos puros e híbridos enchufables, las matriculaciones de este tipo de coches superan ya el 20% de cuota de mercado en 2025. Los eléctricos de batería, que comenzaron el año por debajo del 6% de penetración, terminarían por encima del 9% y cerca de las 100.000 unidades matriculadas, según las proyecciones del sector.

Las ayudas públicas han sido un factor clave para sostener ese crecimiento, junto con la llegada de modelos más asequibles, especialmente de fabricantes chinos, que, sumando las subvenciones, pueden quedar por debajo de 15.000 euros. Además de las subvenciones directas del Moves, sigue vigente una deducción del 15% en el IRPF, hasta 3.000 euros, por la compra de un vehículo eléctrico, lo que configura un marco de incentivos relevante pero muy complejo para el consumidor medio.

Pese a ello, el sector mira con preocupación el cierre del ejercicio, ya que ni el Ministerio de Industria ni el de Transición Ecológica han aclarado si se prorrogará el presupuesto del Moves III para cubrir los expedientes en lista de espera. El ministro de Industria, Jordi Hereu, sí ha avanzado que en 2026 habrá un nuevo esquema de ayudas vinculado al futuro Plan Auto 2030, pero esa promesa no despeja la incertidumbre de quienes ya han comprado su coche contando con la subvención actual.

El Plan España Auto 2030, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentará el próximo 3 de diciembre, aspira a convertirse en la gran hoja de ruta para la industria del automóvil en la próxima década. El programa combinará incentivos a la compra de vehículos electrificados con medidas industriales para reforzar la fabricación de coches eléctricos y baterías en España, además de acelerar el despliegue de infraestructura de recarga.

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Una de las modificaciones más relevantes que plantea este plan afecta precisamente a la gestión de las ayudas tipo Moves. En lugar de que cada comunidad autónoma tramite y pague sus propias subvenciones, el Gobierno central asumiría todo el procedimiento, desde la tramitación administrativa hasta el abono de la ayuda, con un único fondo estatal para todo el territorio. El objetivo es acortar plazos, homogeneizar condiciones y evitar que un comprador se quede sin ayuda por haber adquirido su coche en una región que agotó antes los fondos.

El nuevo esquema tomaría como referencia la gestión del plan “Reinicia Auto”, desarrollado de forma excepcional para los afectados por la DANA que perdieron su vehículo. En ese caso, la administración central controló de manera más directa la tramitación, reduciendo los tiempos de respuesta. El Plan Auto 2030 prevé además que la subvención se pueda descontar directamente en el concesionario, evitando que el cliente tenga que adelantar miles de euros y esperar meses a que llegue el ingreso de la ayuda.

La gran incógnita, sin embargo, es qué ocurrirá con esos más de 40.000 expedientes ya registrados en el Moves III y que corren el riesgo de quedarse sin presupuesto cuando el plan expire el 31 de diciembre. Las asociaciones del sector advierten de que, sin una solución clara, ya sea ampliación de fondos, prórroga técnica o integración en el futuro Auto 2030, muchos compradores podrían sentirse defraudados y reclamar seguridad jurídica.

A corto plazo, los concesionarios alertan de que la falta de certidumbre ya está frenando operaciones, ya que se estarían perdiendo pedidos de vehículos eléctricos y existe el temor de que diciembre se paralice a la espera de conocer los detalles del nuevo plan de ayudas para 2026. El Gobierno confía en que el Plan Auto 2030 sirva para corregir los fallos del Moves y dar estabilidad a medio plazo, pero el sector insiste en que la primera urgencia es no dejar sin respuesta a quienes ya dieron el paso hacia la movilidad eléctrica confiando en unas ayudas que, por ahora, no tienen garantizadas.