FIAT, histórico referente europeo en coches urbanos, está preparando un nuevo coche eléctrico ultraligero y de bajo coste con el objetivo de adelantarse a los próximos cambios regulatorios que la Unión Europea podría anunciar en las próximas semanas. El fabricante italiano pretende situarse entre los cuadriciclos eléctricos, como su propio FIAT Topolino o el Citroën Ami, y los utilitarios tradicionales, creando un vehículo urbano más versátil, económico y accesible.
La iniciativa surge a raíz de la inminente regulación europea que incentivaría los denominados E-Cars, una nueva categoría intermedia que promete abrir la puerta a eléctricos pequeños, ágiles y baratos, capaces de ofrecer más prestaciones que un cuadriciclo, pero sin alcanzar los requisitos técnicos y de coste de modelos como el Dacia Spring o el Leapmotor T03. Es decir, que estaría entre la categoría L7e compuesta por vehículos con un peso en vacío inferior a 400 kilos (sin contar batería) y una potencia máxima de 15 kW (20 CV), pero para los que se necesita el carné de coche B, y lo que conocemos como turismos M1, donde estaría situado por ejemplo el Fiat 500 eléctrico.
Un coche de verdad, pero más barato

Este nuevo coche eléctrico de FIAT ofrecería mayor velocidad punta que un cuadriciclo ligero actual, más potencia y una batería algo mayor, aunque la normativa prevé autonomías cercanas a los 110 kilómetros, suficientes para el uso urbano diario. También permitiría a la marca posicionarse en un rango de precios significativamente inferior al de los mini eléctricos actuales, un segmento cuyo coste se ha convertido en una barrera creciente para los consumidores europeos. Si antendemos a lo que sabemos hasta el momento, la categoría E-Cars admitiría coches de hasta 3,8 metros de largo, de no más de 70 CV, y con un peso no supere los 1.000 kilos (batería incluida). Es decir, con diferencias importantes respecto a los L7e, y acercándose realmente a lo que en Japón denominan kei cars.
La estrategia se alinea con las declaraciones recientes de altos cargos del grupo Stellantis. Jean-Philippe Imparato, entonces responsable de Stellantis Europa, ya pedía en septiembre una revisión profunda de los objetivos de electrificación de la UE, calificándolos de “inalcanzables” bajo las condiciones actuales. Su propuesta pasaba por revitalizar el segmento A europeo con una nueva generación de eléctricos producidos localmente y con precios en torno a los 15.000 euros.
Esta semana, el responsable de FIAT y Abarth en Europa, Gaetano Thorel, reforzó este mensaje y comparó la oportunidad de esta categoría con el éxito de los kei cars japoneses, que hoy representan un tercio del mercado local en Japón. Según Thorel, las restricciones de tamaño, peso y potencia no deben verse como un freno, sino como un lienzo en blanco para diseñar coches adaptados a la movilidad real de las ciudades europeas. “Para FIAT, este es nuestro territorio”, afirmó.
Europa todavía tiene que hablar

El directivo también aseguró que el clima político y económico apunta a un anuncio inminente por parte de la Comisión Europea, posiblemente en la reunión del 10 de diciembre, donde se espera que Bruselas evalúe cómo impulsar la industria automotriz regional sin perjudicar su credibilidad regulatoria.
FIAT ya ha demostrado velocidad en el desarrollo de productos: su reciente FIAT 500 Hybrid pasó del concepto a la producción en solo 20 meses. El jefe de producto de la marca, Guillaume Clerc, asegura que el nuevo coche eléctrico ligero podría estar listo en “dos o tres años”, con el objetivo de superar a los fabricantes chinos, que avanzan rápidamente en este tipo de vehículos compactos.
Con esta apuesta, FIAT busca reforzar su posición de líder histórico en el segmento urbano europeo y preparar el terreno para una nueva categoría de coches eléctricos asequibles, prácticos y especialmente diseñados para la movilidad del futuro.