Fue en 2021 cuando Abarth anunció que toda su gama sería eléctrica a partir de 2024. A diferencia de otras marcas que, tras hacer anuncios similares, han matizado sus planes hacia las cero emisiones, la firma italiana ha mantenido el rumbo y actualmente sólo ofrece modelos 100 % eléctricos: el Abarth 500e y el Abarth 600e. Ahora bien, ese planteamiento podría evolucionar de nuevo en no demasiado tiempo.
El paso a una gama exclusivamente eléctrica ha tenido un impacto claro en sus matriculaciones. Abarth siempre ha sido una marca de nicho, pero sus volúmenes se han reducido aún más. En España, en los diez primeros meses del año se han registrado 30 unidades, precisamente las mismas que entregó sólo en octubre de 2024. En el mismo periodo del año pasado fueron 236 coches, lo que supone un descenso del 87,3 %. En Reino Unido la tendencia también es a la baja, aunque con cifras absolutas algo más elevadas: de 954 coches en los diez primeros meses de 2024 se ha pasado a 273. A este contexto se suma, además, que una parte de sus seguidores no termina de identificarse con la nueva etapa eléctrica de la marca.

Los seguidores no están contentos
Hablando con Autocar, Gaetano Thorel, director de Fiat, ha admitido: “El cliente de Abarth quiere un motor de combustión no solo por la potencia, sino porque, fundamentalmente, compra el coche y lo modifica con sus propias manos. Con el eléctrico no es posible, así que para ellos es una limitación: no pueden controlar el motor ni el combustible, y por eso el club Abarth no está muy contento con nosotros”.
Alude a una dimensión emocional del coche, y es lógico que una marca con el enfoque de Abarth valore especialmente este vínculo. Al mismo tiempo, el impacto en las ventas ha sido evidente, en un contexto en el que los eléctricos todavía están en fase de consolidación y no siempre pueden sostener por sí solos a una marca de nicho.
Este escenario habría llevado a Abarth a replantearse su política de ofrecer únicamente modelos de cero emisiones y a estudiar la posibilidad de reincorporar versiones de combustión a su gama. Un movimiento que seguiría los pasos de su hermana Fiat y en el que podría estar la clave para hacerlo realidad.

Aprovechar la base del nuevo Fiat 500 híbrido
Fiat ha recorrido exactamente el mismo camino que se atisba para Abarth. Hace tiempo que anunció que su Fiat 500 pasaría a ser solo eléctrico, eliminando de su oferta la opción microhíbrida que era que la que suponía el grueso de sus ventas. Poco después de quedarse el 500e como única opción, la marca italiana tuvo que dar marcha atrás y anunció el desarrollo de una nueva motorización de combustión sobre la base del modelo de baterías.
Esta misma semana ha presentado el resultado: un Fiat 500 Hybrid que también es MHEV, pero que utiliza un sistema de propulsión menos potente que el modelo anterior, ofreciendo solo 65 CV de potencia y una aceleración de 0 a 100 km/h en 16,2 segundos. Son cifras que están muy lejos de lo que es un Abarth, pero la base mecánica se podría utilizar.
Thorel comenta que la plataforma podría, al menos en teoría, acoger un sistema de propulsión con un mayor rendimiento, aunque confirma que el pequeño motor 1.0 del Fiat no podría con ello. Y eso es un problema importante para volver a ver un Abarth con motor de combustión, porque al no poder utilizar el del 500, implicaría un desarrollo nuevo, lo cual no saldría rentable por los costes; o utilizar un motor que provenga de otra marca.
