Alemania aprueba una inversión millonaria para la investigación de baterías para coches eléctricos

El Gobierno alemán ha destinado 1.000 millones de euros a la investigación de celdas de baterías en estado sólido para vehículos eléctricos. La medida tiene un doble objetivo: reducir la dependencia de los proveedores y proteger los cerca de 436.000 puestos de trabajo que genera la industria del automóvil en Alemania.

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13/11/2018 09:03
Actualizado a 20/11/2018 16:03

Alemania sigue dando pasos firmes para convertirse en la primera potencia europea de vehículos eléctricos. El Gobierno germano ha destinado alrededor de 1.000 millones de euros de su presupuesto para la investigación de celdas de baterías. El montante se dividirá entre un consorcio de empresas que se ocupará de producir las unidades de carga y una instalación de investigación diseñada para desarrollar la próxima generación de celdas en estado sólido. 

El objetivo no es otro que reducir la dependencia de los principales proveedores, en su mayoría asiáticos. El Ejecutivo alemán, con el ministro de Economía Peter Altmaier a la cabeza, solicitó la cooperación de otros gobiernos europeos con el fin de maximizar la productividad de la región. Altmaier también ha llegado a tantear a algunas empresas nacionales: Varta Microbattery, un fabricante de baterías; el grupo BASF, uno de los mayores productores químicos del mundo; y a Ford Werke GmBH, filial de la automovilística estadounidense. Estas tres empresas serían las encargadas de impulsar el cuantioso desembolso realizado por el Gobierno, inédito en cualquier Gobierno europeo.

La economía alemana depende en gran parte de su industria del automóvil. En 2017 generó alrededor de 426.000 millones de euros, aproximadamente el 12% del PIB total del país. Con el aumento del presupuesto se pretende no solo situarse a la cabeza de la carrera por liderar el vehículo eléctrico en Europa, sino también proteger los cerca de 436.000 puestos de trabajo que genera la industria en Alemania.

La prohibición de la la producción de vehículos impulsados por motores de combustión o diésel, que se aplicará desde 2030, ha propiciado que el Gobierno se mentalice desde ya para el cambio del modelo de negocio. Firmas como Volkswagen también se han puesto manos a la obra. El panel directivo de la compañía que protagonizó el Dieselgate en 2015 actualizará su política sobre celdas de batería en su próxima reunión del 16 de noviembre. Otro de los grandes fabricantes alemanes, BMW, ya alcanzó un acuerdo con la china Contemporary Amperex Technology, el mayor productor de celdas de baterías para eléctricos del mundo, para construir una planta al este de Alemania.

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