Una imagen vale más que mil palabras. O, dicho de otro modo, una imagen puede desmontar una campaña publicitaria en apenas unas horas. Eso es lo que le ha ocurrido a Línea Directa Aseguradora, después de lanzar esta semana un anuncio dirigido a usuarios de vehículos eléctricos promocionando una nueva póliza que cubre el robo del cable de recarga. Sin embargo, el mensaje ha pasado a segundo plano. ¿El motivo? El conector que aparece en la imagen no sirve para cargar ningún coche eléctrico actual.
El anuncio, publicado en redes sociales, muestra un cable con un conector que no se corresponde con ningún estándar operativo del mercado. Ni CCS Combo 2 ni Mennekes ni ChadeMo. Un diseño genérico que ha levantado una ola de reacciones entre los profesionales del sector. “¿Tan difícil era usar un conector normalizado?”, comentaba irónicamente Ferran Menescal, experto en movilidad eléctrica e influencer del sector, en su cuenta de LinkedIn. En apenas unas horas, el post acumuló decenas de comentarios y reacciones entre perfiles destacados del ecosistema eléctrico español.

Cuando la imagen anula al mensaje
Más allá de la anécdota visual, el caso pone sobre la mesa un debate importante: ¿están las compañías tradicionales realmente preparadas para hablarle al nuevo perfil de conductor eléctrico? En el mercado asegurador, las pólizas específicas para vehículos eléctricos han ido apareciendo con cuentagotas, muchas veces con coberturas limitadas o sin adaptación real a las necesidades de este tipo de usuario.
Miguel Ángel Lafarga, profesional del sector energético, señalaba en el mismo hilo que solo encontró una póliza adecuada en 2024 que incluyera el remolque por batería agotada y robo de cable, “y a un precio razonable”.
Para el usuario medio, el error podría pasar desapercibido, pero para quienes llevan años impulsando la movilidad eléctrica en España, el fallo gráfico tiene carga simbólica. Denota una falta de conexión entre departamentos de marketing y la realidad técnica del producto que quieren vender. En un momento en el que la movilidad eléctrica necesita comunicación rigurosa, estas acciones pueden minar la confianza en las marcas que intentan posicionarse en el nuevo paradigma energético.