Audi, como muchos otros fabricantes de automóviles, había anunciado ambiciosos planes para convertirse en una marca 100% eléctrica antes de que entre en vigor la prohibición de la Unión Europea de vender vehículos con emisiones contaminantes a partir de 2035. Sin embargo, recientemente la empresa ha dado marcha atrás en su objetivo de eliminar completamente los motores de combustión para 2033, y planea mantenerlos en producción durante la próxima década, e incluso más allá.
Aunque Bruselas permitirá la venta de vehículos con motores de combustión que utilicen combustibles sintéticos neutros en carbono, se estima que estos carburantes no estarán disponibles a gran escala en el corto plazo. Esto convierte la decisión europea en una prohibición casi total de nuevos coches con motor tradicional. Aun así, Audi no cree que en 2035 los concesionarios solo vayan a ofrecer vehículos eléctricos.
Audi no ve viable la descarbonización prevista

En una entrevista con el medio Automobilwoche, Jörg Schlagbauer, presidente del comité general de empresa de Audi, afirmó que tanto los políticos como los fabricantes de automóviles se verán sometidos a la resistencia por parte de quienes no están dispuestos a dejar atrás los motores a gasolina. "No creo que los clientes permitan que los políticos y los fabricantes les impongan qué vehículos deben conducir", declaró.
Durante la entrevista, Schlagbauer reconoció que Audi se apresuró al adoptar metas tan radicales de electrificación. "En el pasado tomamos decisiones desafortunadas, influenciadas por el Grupo Volkswagen, como el compromiso temprano y excesivo con la electromovilidad. Al centrarnos tanto en los vehículos eléctricos, perdimos flexibilidad en la producción, justo cuando más se necesitaba."
A pesar de las críticas, Schlagbauer no duda del futuro eléctrico del automóvil, pero cree que no llegará tan pronto como se espera: "No cuestiono la electromovilidad. Todos acabaremos conduciendo coches eléctricos. Solo digo que no estaremos listos para 2035, especialmente en lo que respecta a la infraestructura que esta tecnología necesita".
Lo que dicen otros fabricantes de coches

Asegura que no es posible transformar de la noche a la mañana la red de carga eléctrica de Europa, ni del resto del mundo. Además, aún no se ha alcanzado la paridad de precios definitiva entre los vehículos eléctricos y los de combustión, aunque esto podría cambiar en la próxima década. No solo porque bajen los precios de las baterías, sino también porque los motores tradicionales se encarecerán al adaptarse a normativas más estrictas, como la Euro 7, reduciendo así la diferencia con los vehículos eléctricos.
Mientras que Schlagbauer cree que el futuro es eléctrico, el presidente de Toyota, Akio Toyoda, ha dicho que los eléctricos nunca superarán el 30% del mercado global. A pesar de las diferencias, todo apunta a que Europa será el campo de batalla principal de esta transición, debido a las políticas agresivas de la Unión Europea.
Audi no está sola. Mercedes-Benz también ha anunciado que mantendrá los motores de combustión por más tiempo, con su CEO, Ola Källenius, calificando este cambio de rumbo como una "decisión racional" para no abandonar completamente las tecnologías tradicionales.
Por su parte, el CEO de BMW, Oliver Zipse, fue aún más directo. En mayo, durante la junta anual de accionistas, afirmó que apostar todo a los eléctricos "es un callejón sin salida" y subrayó que "los objetivos políticos deben alinearse con la realidad del mercado". Ya en 2024 calificó la prohibición de 2035 como "poco realista" y advirtió que podría poner en riesgo la industria del automóvil europea.
Aunque Bruselas reafirmó en marzo su decisión de prohibir la venta de coches nuevos con motor de combustión a partir de 2035, la normativa aún no es definitiva. Según varios medios, la Comisión Europea revisará la legislación a finales de 2025, en medio de presiones de los fabricantes que buscan claridad para planificar su futuro.