Bill Gates ha manifestado públicamente su apoyo al coche eléctrico como herramienta clave contra el cambio climático. A través de su fondo de innovación climática, Breakthrough Energy Ventures, Bill Gates respalda el despliegue del vehículo eléctrico. Una de sus apuestas más destacadas es Mangrove Lithium, una startup que busca revolucionar la cadena de suministro del litio elevando la eficiencia del procesamiento hasta un 90% en laboratorio, lo que podría reducir los costes un 40% y agilizar la fabricación de baterías para coches eléctricos. Además, Gates participa en KoBold Metals, junto con Jeff Bezos y BHP, para explorar y localizar depósitos de litio, níquel, cobalto y cobre en Australia, asegurando materias primas clave para la industria.
También invierte en tecnologías relacionadas con el motor y la eficiencia energética. Turntide Technologies desarrolla motores eléctricos inteligentes (Smart Motor System) capaces de reducir el consumo energético hasta en un 60% con una aplicación potencial en vehículos híbridos o eléctricos pesados. Ha mostrado interés en la movilidad autónoma: puso a prueba un vehículo eléctrico autónomo de Wayve que concluyó que los coches sin conductor podrían ser “buenos tanto para el bolsillo como para el planeta”.

La curiosa historia de Bill Gates y su obsesión por un Porsche 959
Antes de defender el transporte y la movilidad eléctrica, el magnate americano ya era un gran aficionado de la automoción, sobre todo de los coches deportivo. A finales de los años 80, encargó un Porsche 959, considerado el superdeportivo más avanzado de su época. Equipado con un potente motor biturbo, tracción total y una electrónica pionera, el 959 nunca fue homologado en Estados Unidos, ya que Porsche se negó a autorizar unidades para prueba de choque conforme a la normativa de la NHTSA.
Este desajuste burocrático dejó al coche retenido en la aduana de Seattle durante trece años. Gates comenzó entonces a pagar los gastos diarios de almacenamiento, unos 28 dólares cada día, acumulando más de 132.000 dólares en tasas y custodia aduanera. Mientras tanto, exploraba legalmente una forma de liberar su preciado vehículo sin renunciar a él ni enviarlo de vuelta.
No dispuesto a resignarse, Gates formó un equipo con el abogado Warren Dean, acompañado del distribuidor Bruce Canepa y el cofundador de Microsoft Paul Allen. Su objetivo: promover una ley que permitiese importar y circular con vehículos exóticos de tirada limitada. Tras años de presión política, en 1998 el Congreso introdujo en una ley del Senado una enmienda conocida como “Show or Display”.
Firmada por el presidente Bill Clinton, entró en vigor en julio de 1999. Esta disposición autorizaba la importación de modelos con menos de 500 unidades fabricadas y que no estuvieran disponibles en EE.UU., siempre que cumplieran estándares de emisión y no superaran las 2.500 millas (aproximadamente 4.023 km) de uso al año.
Con la nueva ley en vigor, Gates modificó su Porsche 959 para ajustarlo a los requisitos de emisiones estadounidenses, permitiéndole finalmente conducirlo legalmente, aunque bajo condiciones estrictas, y liberando otro superdeportivos similares del ostracismo regulatorio. El impacto fue inmediato: el texto legal abrió la puerta para que otros vehículos emblemáticos, como el Jaguar XJ220, el McLaren F1 o el Bugatti EB110, pudieran ser importados y conducidos en EE. UU. como piezas de colección, no como coches de uso diario.
La ley Show or Display es hoy venerada por entusiastas y museos, al permitir la circulación de vehículos técnicos y raros que, sin esa puerta legal, permanecerían como piezas de museo estáticas.

Los coches eléctricos de Bill Gates
En 2020, Bill Gates reveló en una entrevista con el youtuber Marques Brownlee que había adquirido su primer coche eléctrico: un Porsche Taycan, asegurando que lo hacía, una vez más, porque es fan de la marca alemana, y no por razones técnicas o económicas. Subrayó además su reconocimiento a Tesla por haber popularizado los vehículos eléctricos, aunque finalmente optó por el Taycan por afinidad personal con Porsche.
También se le ha visto conduciendo un Tesla Model X, su coche eléctrico “de diario”, a pesar de su conocida relación de tensión con Elon Musk. Esta elección sorprendió dada su anterior postura crítica hacia la marca, y fue interpretada como una señal de que prioriza la tecnología más que las diferencias personales.
Las últimas informaciones que han surgido sobre el garaje eléctrico del magnate son de marzo de 2025; Bill Gates recibió como regalo de cumpleaños un Fiat 500 eléctrico por parte del cantante Bono.