Posiblemente, el mayor hándicap que tiene un coche eléctrico a día de hoy siga siendo el momento de parar a recargar. Eso es un hecho indiscutible y el punto por el que muchos clientes potenciales todavía no se lanzan a hacerse con un vehículo de este tipo. La falta de infraestructura es algo de lo que España peca de forma notable frente al resto de países de la Unión Europea.
Sin embargo, la solución a esto podría estar más cerca de lo que se espera. Bien es cierto que la respuesta podría ser sencilla: instalar más ‘electrolineras’. Pero desde la Universidad de Wuppertal, en Alemania, han decidido ir un paso más allá e investigar sobre la muy anhelada recarga inalámbrica para coches eléctricos. Esto supondría que el usuario no tendría que parar a ‘repostar’, sino que este se recargaría circulando por la propia carretera.

El futuro de la recarga en los coches eléctricos puede ser inalámbrica
Esta ha sido la respuesta a la pregunta realizada por los propios integrantes del grupo de investigación: “¿cómo hacer que la carga de coches eléctricos sea más sencilla, cómoda y eficiente?”. Para ello, el llamado proyecto ERS.T-NRW se ha formado a través de investigadores de la Universidad de Wuppertal y empresas como Denso Automotive, Electreon y Strabag. Todas ellas han dado con la solución: la carga inalámbrica.
Su visión es que un conductor pueda recargar su coche eléctrico con el simple hecho de circular por carreteras concretas. Estas estarán equipadas con sistemas de emisión de energía eléctrica y el vehículo integrará un receptor en la zona inferior. El resultado es algo que ya se ha visto y probado en otras ocasiones.
“La carga inalámbrica durante la conducción, e incluso en parado, hace que la movilidad eléctrica sea más cómoda y, por lo tanto, más adecuada para el uso diario, especialmente en zonas urbanas o para vehículos con altos requerimientos energéticos. Nuestro objetivo es desarrollar esta tecnología para que funcione de forma fiable, se integre fácilmente en la infraestructura y contribuya significativamente a la transición del transporte”, apunta Benedikt Schmülling, jefe del proyecto en la Universidad de Wuppertal.

Con el avance del proyecto, los integrantes esperan que todo esto derive en la propia construcción de una pista de pruebas de 400 metros de longitud en Aldenhoven, Alemania. Allí los vehículos podrán recargar sus baterías conforme circulen por esta carretera y poner a punto esta tecnología puliendo todos los posibles ‘flecos sueltos’.
Entre sus principales objetivos estarán alimentar vehículos personales, así como tal transporte público, ya sean autobuses o taxis. También esperan desarrollarla no sólo para ser viable en coches eléctricos nuevos, sino que se pueda adaptar a otros modelos con ya varios años.
El proyecto de estudio tendrá una duración de tres años (hasta el 2028). En ese momento, los integrantes deberán presentar los resultados y confirmar que si tecnología es viable o no. De su financiación (alrededor de 4 millones de euros) se encargan el Ministerio de Economía, Industria, Protección del Clima y Energía de Alemania y la Unión Europea a través del concurso de innovación NeueWege.