Stellantis ha sabido posicionarse en los últimos meses como una de las compañías que más hincapié ha hecho sobre la electrificación de su gama. Tanto es así que buena parte de su oferta de productos cuenta con al menos una alternativa en forma de coche 100% eléctrico. No obstante, esto no ha sido fácil para la empresa, pues sus 14 marcas han tenido que luchar contra la tempestad que tiene nombre propio: los coches eléctricos chinos.
Al mismo tiempo, Stellantis también ha tenido que luchar contra una tormenta perfecta en varios ámbitos adicionales, como no poder producir sus coches en territorio chino para que estos sean exportados a Estados Unidos, o ahora también Europa, por riesgo a los aranceles. Sin embargo, pese a situarse en el ojo del huracán, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, históricamente se ha declarado a favor de estos aranceles, pues “nos protegen de los fabricantes chinos que pueden producir vehículos eléctricos competitivos por un tercio del coste”, afirmó.
Carlos Tavares ya ha elegido el posicionamiento de Stellantis
No obstante, este posicionamiento sobre los aranceles le duró poco a Tavares, pues en los últimos comunicados asegura que estos “son anticompetitivos”. Según el CEO, estos perjudican directamente al libre mercado, así como a las exportaciones e importaciones de los fabricantes de automóviles. “Cuanto uno se acostumbra a la protección, es muy difícil deshacerse de ella”, aseguró.
Por ello, tal y como publican desde el medio Automotive News Europe, el máximo directivo ha afirmado que lo más productivo es acercarse a los productores chinos y ‘copiar’ su modo de fabricación de bajo coste. De esta manera, las marcas que tomen este camino contarán con un margen de precios mucho más amplio y competitivo frente a las rivales chinas que ya se comercializan en Europa (y las que aún están por venir). “La mejor manera de competir es intentar ser chinos nosotros mismos”, afirmó.
Este punto de vista se dejó ver de manera clara ante la decisión de la marca de comprar el 21 por ciento de Leapmotor, uniéndola, en parte, al gran grupo Stellantis. De esta manera, el conglomerado tiene acceso a la tecnología y capacidad productiva de esta compañía, así como la capacidad para producir sus vehículos eléctricos fuera de china.
Tal ha sido el enfoque de Stellantis ante la adquisición de Leapmotor, que el grupo ya fabrica sus vehículos en su planta de Tychy, en Polonia, junto a otros modelos conocidos de FIAT, Jeep y Alfa Romeo. Tavares ha admitido que también tiene planes para la producción de esta marca china en América del Norte.
Este es un movimiento que ya anticipó el CEO de Ford, Jim Farley, cuando el pasado mes de julio afirmó: “Creemos que muchos de nuestros competidores recurrirán a empresas chinas para utilizar su plataforma a nivel mundial”. Al contrario que Stellantis, la firma del óvalo ha apostado por desarrollar su propia tecnología, pese a lo impresionado que quedó Farley al probar un vehículo eléctrico oriental.
Sea como fuere, el nuevo enfoque de Stellantis puede dar muchas alegrías a su cúpula de cara a los próximos años. Esto es algo que ya se nota, pues es una de las pocas compañías que está a favor de la nueva legislación anticontaminación que entrará en vigor el próximo 2025.