Los fabricantes de vehículos eléctricos chinos se están volviendo más inalcanzables que nunca. Buena muestra de ello es que el número total de exportaciones de turismos de China al mercado global ha aumentado en un 211% en los últimos dos años, según especifican desde Automotive News Europe. Estas cifras están poniendo en un brete a los fabricantes históricos que no hacen más que mirar a Oriente con cierto recelo.
Además, las marcas chinas incrementan constantemente su cuota de mercado en su país natal, haciendo así una dura competencia a otros fabricantes internacionales, especialmente en los últimos tres años. Entre las marcas que más cautivan al cliente asiático está BYD, que ha alcanzado un progreso significativo gracias a sus precios competitivos y tecnología de baterías. Lógicamente, esto ha ido en detrimento de unas compañías extranjeras que han visto caer su participación al 43% a lo largo de lo que va de 2023 (anteriormente se situaba en un 67%).

En los principales mercados internacionales fuera de China, también están alcanzando importantes niveles de cuota de mercado, especialmente en Europa, donde se están convirtiendo en una alternativa más dentro del sector gracias a unos vehículos estéticamente bien trabajados y a unos precios de partida, por lo general, mucho más asequibles. Como referencia, la cuota de exportación de SAIC Motors (propietaria de MG) alcanzó el 33% en 2022.
Con estas cifras, China está en camino de superar a Alemania y Japón y convertirse en el mayor exportador de vehículos de todo el mundo. Como ya hemos mencionado anteriormente, en los últimos dos años han incrementado sus cifras en un 211%. Sólo en 2022, alcanzaron así un total de 3,11 millones de exportaciones.

Con estas cifras, es complicado no ver que China se posiciona como el ‘espejo donde mirarse’ el resto de marcas 'tradicionales'. En particular, los modelos orientales tienden a presumir de tecnología, software y digitalización, pero, por encima de todo, de un coste de producción muy asequible gracias a una mano de obra más barata que en otras regiones del planeta.
En términos de tecnología, el software en los modelos chinos juega un papel fundamental, especialmente dentro del área de la información y el entretenimiento, dando así su nota diferencial frente a otros competidores del mercado. Como ejemplo, Geely adquirió recientemente la compañía Meizu, conocida por sus smartphones y dispositivos especializados. Con esto han desarrollado un nuevo sistema operativo (Flyme Auto OS) con el que competir con el Harmony OS que Huawei ya luce en China.

Por otro lado, los fabricantes chinos han realizado también importantes esfuerzos por establecer una cadena de suministro de baterías y otros materiales fundamentales. Recordemos que en el país se asientan compañías tan potentes a este respecto como CATL o BYD, quienes suministran sus componentes a marcas del Grupo Geely, SAIC o Great Wall Motors, entre otros. Al mismo tiempo, también se están realizando asociaciones entre marcas con históricos fabricantes europeos, poniendo así el sello de Made in China en elementos hasta ahora poco imaginados.
Sin embargo, y pese a todo, los fabricantes chinos aún tienen mucho trabajo por delante, especialmente para poder mostrarse como una clara alternativa a fabricantes ya asentados; no sólo en términos de precio, sino también como vehículos fiables y de alta durabilidad. Por el momento, en los últimos datos de ventas de España, el MG4 (modelo de producción china) se ha situado en el tercer lugar, sólo por detrás de Tesla Model 3 y Model Y.