Cuidar el motor de un vehículo no es solo una cuestión de rendimiento, sino también de economía. Su reparación o sustitución figura entre los gastos más elevados que puede afrontar un conductor. Consciente de ello, el popular mecánico estadounidense Scotty Kilmer, conocido por sus vídeos en YouTube, ha compartido una guía sencilla para conseguir que un motor supere las 400.000 millas (más de 600.000 kilómetros) sin perder fiabilidad.
En un vídeo que acumula miles de visualizaciones, Kilmer muestra un coche con 389.000 millas, unos 626.000 kilómetros, que sigue funcionando “como un reloj”. A partir de ese ejemplo real, insiste en que la clave no reside en costosos tratamientos ni en productos milagro, sino en una disciplina estricta de mantenimiento básico y constante.
El aceite, la primera línea de defensa

La primera recomendación del mecánico es tan sencilla como decisiva: cambiar el aceite y los filtros cada 5.000 millas (unos 8.000 kilómetros). “El aceite es barato. Los motores son muy caros”, resume Kilmer. El lubricante actúa como barrera frente al desgaste interno; si se degrada, las piezas sufren fricción, temperatura y suciedad en exceso.
De igual forma, recuerda que el refrigerante debe sustituirse cada cinco años. Este líquido no solo evita el sobrecalentamiento del motor, sino que protege componentes internos de la corrosión. Un refrigerante deteriorado puede provocar costosas averías en culatas, bombas de agua o radiadores.
Hábitos que marcan la diferencia
Kilmer también llama la atención sobre prácticas habituales que acortan la vida del motor. Una de ellas es circular con el depósito casi vacío. “Si quieres que tu motor dure, no lo dejes en números rojos. Eso desgasta las cosas más rápido”, advierte. La acumulación de sedimentos y el sobreesfuerzo de la bomba de combustible son riesgos evitables con un simple hábito: repostar antes de llegar a la reserva.
Otro punto crítico es la correa de distribución. En los motores que la utilizan de goma, Kilmer recomienda reemplazarla cada 100.000 millas (unos 160.000 kilómetros) para evitar roturas catastróficas. Un fallo de esta pieza puede provocar daños irreparables en pistones y válvulas, con reparaciones de miles de euros.
Mantenimiento constante, motor longevo
El mensaje de Kilmer es claro: no hay atajos ni “trucos” milagrosos. Mantener un motor sano depende de constancia y previsión. Cambiar aceites y filtros a tiempo, vigilar el refrigerante, evitar la reserva y sustituir la correa cuando toca son gestos que prolongan la vida útil del vehículo hasta cifras poco habituales.
En un contexto de precios al alza y motores cada vez más complejos, las recomendaciones de este veterano mecánico ponen el acento en lo básico: cuidar lo que se tiene. Con una rutina de mantenimiento disciplinada, sostiene, un coche puede recorrer cientos de miles de kilómetros sin perder fiabilidad ni exigir reparaciones prohibitivas.