La industria del automóvil sigue explorando vías para ofrecer coches cada vez más limpios y atractivos para el gran público. Los eléctricos puros ya se han consolidado como la referencia hacia la que se dirige el mercado, y sus ventas crecen año tras año. Aun así, muchas marcas siguen apostando por tecnologías puente que faciliten la transición para ciertos clientes. Durante un tiempo, los híbridos enchufables han sido la opción preferida, pero últimamente los eléctricos de autonomía extendida están ganando protagonismo como complemento. Ahora, una marca europea de larga trayectoria estaría barajando la posibilidad de sumarse también a esta tendencia.
Según apunta Bloomberg, BMW está estudiando seriamente la posibilidad de ofrecer versiones “EREV” (Extended Range Electric Vehicle) de algunos de sus modelos eléctricos más grandes, señalando que es una posibilidad particularmente probable en el caso de los futuros BMW iX5 y del actual BMW i7. Este giro en su estrategia no sería una novedad absoluta, si no que supondría el regreso de la marca a una tecnología que ya ha probado en el pasado, concretamente en el BMW i3 REX, un adelantado a su tiempo que dejó de venderse en 2022.

Una tendencia que llega de China
Lo que habría motivado este posible retorno a la tecnología de los EREV serían las dinámicas del mercado internacional, especialmente de China, un país en el que los vehículos eléctricos con extensor de autonomía han tenido un notable éxito, representan una opción percibida como más versátil que los eléctricos de baterías y, a menudo, son preferidos a la otra tecnología que ocupa una posición comparable, los híbridos enchufables.
Con la expansión de las marcas chinas a mercados internacionales como los europeos, este tipo de mecánicas van a ser cada vez más comunes, lo que habría hecho que la compañía alemana se plantee seguir ese camino. Aunque BMW no ha confirmado oficialmente estos planes, el medio recoge que la empresa ha expresado que “analiza continuamente los patrones de uso, las necesidades del cliente y las evoluciones del mercado”, lo que daría a entender que se están llevando a cabo estudios al respecto.
Si BMW lanzase modelos EREV, se convertiría en la primera gran firma automovilística alemana en ofrecer este tipo de configuración, lo que podría marcar el camino a seguir para otros. Por las características de estos vehículos, que combinan un apartado eléctrico prácticamente idéntico al de un EV estándar, solo que con una batería más pequeña, y suman un apartado de combustión, se necesita espacio, lo que motivaría que BMW se plantease implantarlo en sus modelos grandes, como el iX5 y el iX7.
Además, estas versiones, al menos a priori, estarían pensadas sobre todo para el mercado chino, en el que estas mecánicas ya tienen mucho reconocimiento y aceptación, pero también tendrían como objetivo los Estados Unidos, donde los eléctricos puros tienen menor aceptación de la media y los desplazamientos largos y la falta de infraestructura de carga pueden hacer especialmente atractiva esta fórmula.
Las ventajas de los coches eléctricos de autonomía extendida
Un EREV es, esencialmente, un coche eléctrico cuyas ruedas siempre son impulsadas por el motor eléctrico, pero que cuenta con un motor de combustión cuya única función es actuar como generador para recargar la batería cuando ésta se agota o cuando se planea un trayecto largo sin puntos de recarga. Esto permite combinar las ventajas de un vehículo totalmente eléctrico, como es el silencio, la suavidad en el funcionamiento y la respuesta inmediata, con la posibilidad de no tener que recargar en una estación la batería, si no repostando el combustible, lo que hace que no se dependa tanto de la infraestructura de carga.
Para los usuarios que no se deciden a comprar un BEV, esta alternativa podría ofrecer la posibilidad de avanzar en la movilidad limpia sin alguno de los principales escollos que plantean los EV, así que para BMW significaría aumentar las ventas.

