La industria automotriz en Europa está atravesando uno de los momentos más convulsos de los últimos periodos. La electrificación del parque móvil no está siendo especialmente sencilla, pues está costando muchos e importantes esfuerzos a las principales compañías. No obstante, pese a todo esto, también se están dando de bruces con un mercado que no pide coches eléctricos, sino más bien híbridos. Al mismo tiempo, esto también está chocando con una Unión Europea firme con sus legislaciones y sus fechas de futuro.
Por todo ello, los márgenes de beneficio han caído significativamente en muchas compañías. De hecho, este es el tema principal del estudio publicado por el Centro de Gestión Automotriz, el cual está dirigido por Stefan Bratzel, quien ha dado importantes pistas sobre el rumbo que está tomando la industria actualmente.

La industria en Europa está sufriendo uno de sus momentos más complicados
Según este estudio, el beneficio medio por vehículo vendido se redujo en un 43%, con respecto al mismo periodo del año 2023, hasta sólo una media de 1.673 euros. A día de hoy, según la gráfica compartida en su informe, deja claro que BMW (con 4.805 euros) es la que más beneficios presenta por vehículo vendido, por delante de Mercedes-Benz (3.958 euros) y Toyota (2.925 euros).
De media, el margen de beneficio medio de toda la industria europea se sitúa en sólo el 4,3%, mientras que en 2024 se situaba en el 7,5%. Por otro lado, la media en ganancias operativas también ha caído hasta en un 38%. Esto ha llevado al director del trabajo a concretar que el sector no está pasando por su mejor momento.
“La industria automotriz se enfrenta a un periodo de profunda convulsión y está a punto de un proceso de selección darwiniano que afectará a las empresas consolidadas. El débil crecimiento del mercado, la intensa competencia y la considerable agitación causada por los aranceles estadounidenses están aumentando la ya fuerte presión que la transformación del sector ejerce sobre la industria automotriz”, aseguró Bratzel.
El estudio ha examinado a un total de 13 fabricantes principales. De todos ellos, siete presentaron una importante disminución en sus ventas. Las más significativas llegaron desde Tesla (con una caída del 13,2%), Honda (con un 6,8%), Mercedes (6,2%), Stellantis (5,9%) y Nissan (5,7%). Sin embargo, Ford, por ejemplo, se ha mantenido en los 2,2 millones de matriculaciones de media, mientras que BMW y Renault lograron 1,2 millones cada una.

A esto también hay que sumar el importante crecimiento de las marcas chinas, como BYD, quien se está consolidando con uno de los mayores fabricantes del mundo, situándose ya entre las 10 más vendidas.
“Una combinación de débil crecimiento económico, condiciones inciertas en los mercados clave y enormes desafíos de transformación tecnológica, exacerbados por la creciente presión competitiva de nuevos actores, cambiará para siempre la imagen de la industria en los próximos años. Esta evolución también se reflejará en una disminución de las ganancias y los márgenes de beneficio en el primer semestre de 2025, lo que obligará a numerosas empresas a implementar programas integrales de eficiencia”, apuntó Bratzel.
La situación se presenta tan complicada que el estudio también prevé la posible desaparición de algunas marcas o, también, perderán su independencia. “Esto afectará a los recién llegados al campo de la electromovilidad como a fabricantes consolidados. Las alianzas estratégicas son cada vez más importantes. La innovación, la velocidad, la rentabilidad y la flexibilidad son cruciales para un futuro exitoso”, concluyó.