Toyota ha sido muchas veces injustamente acusada de no hacer nada por reducir las emisiones de sus coches. Más concretamente de no fabricar coches eléctricos. Sin embargo, los japoneses han demostrado que su sistema es mucho más versátil y práctico de lo que muchos pueden entender. Toyota siempre ha defendido ofrecer los coches que la gente necesita allí donde los necesita. Es decir, en África siguen vendiendo sus tradicionales y fiables 4x4, en Europa sus híbridos y en China los eléctricos. El último de ellos ya se ha convertido en el coche eléctrico extranjero más popular del país.
No hay que desestimar la importancia del mercado chino para una marca extranjera. El año pasado China matriculó más de 34 millones de coches nuevos en 12 meses, casi el 50% de ellos eléctricos. Es un vasto mercado por explotar y Toyota sabe que la mejor forma de hacerlo es con coches eléctricos de precio razonable. Para ello cuenta con la ayuda de un gran socio local; GAC. Los mismos con los que el Grupo Volkswagen lleva años colaborando. En China, es obligatorio que los fabricantes extranjeros se asocien con empresas locales para explotar el mercado. A excepción de Tesla, que juega en su propia liga.

El precio es su mejor arma, aunque no la única
Gracias al matrimonio Toyota-GAC los japoneses han visto crecer rápidamente su oferta eléctrica en China. Mientras, en Europa y en España, por el momento sólo contamos con el Toyota bZ4X. A pesar de sus constantes mejoras, el SUV japonés no ha demostrado estar a la altura de sus rivales. Sus ventas son muy inferiores a lo esperado, pero en cuestión meses la compañía nipona introducirá dos nuevas armas eléctricas, el Toyota Urban Cruiser y el Toyota C-HR+. En China, la familia bZ ha aumentado en número gracias a la llegada del Toyota bZ3X. Presentado oficialmente hace un año en el Salón de Pekín, es ahora cuando parece haber recibido la atención del público chino.
Las ventas se iniciaron en el pasado mes de marzo y ya desde el principio el bZ3X demostró que había dado en el clavo con su fórmula. Toyota-GAC aseguró haber recibido más de 10.000 reservas por él durante la primera hora de apertura de pedidos. En ocasiones, muchas de esas reservas no acaban concretándose. Es al mirar las tablas de ventas cuando descubrimos que bZ3X es un éxito. De hecho, es el coche ‘extranjero’ más vendido del país. Lo entrecomillamos porque si bien está diseñado y producido en China, la marca es extranjera. Es la misma situación que Nissan está viviendo con el N7. La berlina diseñada junto a Dongfeng ha tenido una excelente acogida.

Durante los dos últimos meses el Toyota bZ3X se ha situado como el modelo extranjero más vendido del país. Sólo en el pasado mes de junio se matricularon 6.030 unidades en el país. La compañía ha reconocido que ya son más de 20.000 las reservas que hay por el coche. El bZ3X ha superado otro hito. Es el SUV eléctrico creado por una empresa conjunta (Toyota y GAC) que más rápido ha llegado a esa cifra de reservas. Obviamente son datos por los que los japoneses pueden sentirse satisfechos, pero nada tienen que ver con las reservas y las ventas que Xiaomi ha registrado para su nuevo SUV eléctrico. El YU7 ha acumulado más de 350.000 reservas en apenas tres días de vida.
¿Qué es lo que tiene el bZ3X para ser un éxito? Lo primero, y lo más importante, es el precio. La tarifa de salida es de 109.800 yuanes, unos 13.060 euros al cambio de moneda. Es mucho coche por esa cifra. Mide 4,65 metros de largo, similar a un BYD Atto 3, un interior muy espacioso y minimalista con pantallas de gran tamaño. Está alimentado por dos versiones mecánicas con hasta 430 y 610 kilómetros de autonomía homologada (ciclo CLTC). El gran problema es que, a pesar de su atractiva fórmula, el bZ3X no se venderá nunca en Europa o en España. Sólo los chinos disfrutarán de él, como al igual de muchos otros coches de precio atractivo.